I
Como asamblea de gozos que celebran la vida
se muestran las corolas abiertas de las flores
donde el hálito intenso de un amor que se cierne
enfebrecido busca la nueva primavera.
La mirada ya es joven y otra vez lo contempla:
el milagro hasta ahora repetido por siempre,
un milagro en los campos, también en corazones
con la fuerza imponente que mueve las estrellas.
Perfumadas auroras pulsantes en las cuerdas
de sonoras gargantas en saludo del día
inducen que entre velos, por su ánima vibrantes,
a remontar lo oscuro hoy las luces se atrevan.
De los pájaros trinos agudos nos alcanzan
rompiendo los cristales de aquel gélido invierno;
se abren los corazones que en su sangre ahora claman
por el don infinito que nos visita en tiempo.
Con tan suaves acordes se endulzan los oídos;
por el céfiro llegan, van la nueva cantando,
porque todo celebra la dicha de estar vivo
y salmodian en loores los planetas que giran.
Ya los cálidos vientos que por doquiera soplan
alientan en la tierra germinando los surcos;
claman dentro a lo alto el crecer de las cosas
que a la luz desde sombras hállanse convocadas.
Hay un sueño en los lagos de mayores crecidas
derivadas de nieves posadas en las cumbres
que tocadas de soles en su danza comiencen
a despeñarse alegres y fecunden la tierra.
Ya la vida en torrente de nuevo es relanzada
arrastrando consigo el prana de los cuerpos
que retoman primicias de antiguas vocaciones
de ser uno y lo mismo en amor abarcante.
Fluida fuente es represa en los miembros que laten,
mas desborda en extremos buscando la salida,
hija sí, del espacio y del tiempo en que plasma
sobre el campo veredas con arroyos de vida.
El afán embozado de animales y plantas
quiere impulsar arriba los abismos burlando,
pero nadie se engañe, el destino es la muerte
para luego encontrarse en otra primavera.
¿Mas por qué de estos sueños en los que el Todo habita?;
¿hay algo en lo que vive que se lanza al impulso
para después gastado hacer de ello ceniza
y retomar de nuevo del humus la esperanza?.
¿Cómo expresar con pluma la inefable presencia
más allá de la muerte, paralizado el tiempo?;
que adoración es todo cuando callan palabras
en átomo radiante guardián de su secreto.
Los bajeles silentes navegan hondos mares
mas las estrellas marcan alto el zenit del día
y en la sentina oscura del sentido acallado
retoma su paleta el rayo de la vida.
¿Lícito hallar un cauce en que belleza exprese
la anulación de sombras que volverán sin duda?;
mas morando en la dicha sobra escrúpulo inútil,
lo arriesgaremos todo por la perla escondida.
Hoy corazón por dentro inquieto palpitando
ya presiente el llamado como Lázaro en tumba
para que sigan alas remontando la vida
y la explosión del ser renueve su potencia.
Allá lejos como eco se quedan los afanes
que procuran las sombras potenciando el contraste
pues ya voy puro y simple de cadenas librado
admirando panoplia de todo lo que late.
Este gozo en el pecho es Ananda y es grito
que clama desde el fondo y de expresión requiere
para volar muy lejos liberado de cárcel,
de cadenas y yugos y en los ojos vendajes.
Y cuando todo acalle pues todo cumple el ciclo
de palabra y silencio en que el Todo se expresa
justificará el hecho de haber sido tomado
por la visión del ángel que regenta la esfera.
Ananda tú eres gozo que busca los caminos
para poder vivirse y al tiempo ser la flecha;
¿dónde pues mi destino?, ¿en dónde se halla el blanco
que la mantiene en vuelo en vocación secreta?.
Sí, este festín de flores que en las corolas lleva
la marca de la dicha y en los pétalos flota
embalsamando el aire le propone un camino
al hombre a que más viva su corazón dispuesto.
Y con las noches claras que anuncian el verano
tachonadas de estrellas que a nuestro lodo miran,
despliegue alas lo humano y vuele hacia su sino
incitado por luces que en alturas contempla.
© albertotrocóniz / 12
Texto: de "LOS POEMAS DEL GOZO"
Imágenes: de “FOTOPINTURA”
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