No vengas a llorar sobre mi tumba,
yo aquí no moro, no duermo aquí mi sueño;
levanta la mirada hacia lo alto
y observa el viento que azota en tu semblante:
soy tras las flores al borde del sepulcro
y allende en la pradera en primavera;
bajo los campos cargados del verano
con las mieses prontas a la colecta…
bajo el dulzor postrero en la uva grávida
de las vides doradas en otoño;
de las vides doradas en otoño;
detrás de cumbres nevadas del invierno
y de la luz del sol que allí refleja.
Yo soy en todo y al tiempo no soy nada
que en tu fiebre describan los conceptos:
su presencia relativa y soy ausente,
mi presencia absoluta es en su ausencia.
No vengas a llorar sobre mi tumba,
yo aquí no moro, no duermo ningún sueño;
dirige la mirada a eso profundo
que observa al viento que agita lo semblante…
nunca nací, por tanto nunca he muerto;
soy el silencio detrás de toda estrella.
© albertotrocóniz / 12
Texto: de "LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: de "FOTOPINTURA"
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