¡cuan lejos estamos de la fuente
de donde la verdad prístina brota
y es fresca y vitaliza y nos redime!.
Por contra se nos vende agua envasada,
cada cual de su marca y etiqueta:
una es con gas para que pique un poco,
otra muy simple, desmineralizada.
Oyendo meramente lo que dicen,
las palabras, el tono, las maneras,
se puede discernir por donde anda
el desarrollo del grado de conciencia.
Enroque en posiciones de los egos
temerosos que el verbo sea amenaza
y rompa el cascarón prefabricado
llevado por la vida cual coraza.
Añoro los torrentes que despeñan,
su salvaje belleza abrumadora,
la fuerza y el coraje en las palabras
no instrumento de herir o de defensa.
La expresión no coartada ni medida
dirigida a hombres libres receptivos,
sin prejuicios por una u otra parte,
no a cerebros impresos en circuitos.
Expuestos a la rosa de los vientos
y abiertos a lo desconocido
debiéramos estar, y esto ha de hacerse
a nivel personal y colectivo.
Solo lo nuevo, lo que en verdad es nuevo
y por tanto no está en lo ya sabido,
puede traernos el germen del futuro,
el cambio de estructuras que es preciso.
Quizá esto sea pedir mucho a políticos
que al fin y al cabo reflejan todo el resto
de esquemas rancios ya periclitados
que huele a viejo y es un más de lo mismo.
Nos queda mucho a andar, aquí la muerte,
la destructora sin contemplaciones,
es la puerta por donde entra el futuro
permitiendo a la luz su siembra joven.
© albertotrocóniz / 11
Texto: de "TAL COMO LO VEO"
Imagen: de "FOTOFILTRADA"
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