lunes, 21 de noviembre de 2011

MARINA COLGADA EN CLAVO ARDIENDO

Siguiendo con metáforas marinas: 
estamos en bajel desarbolado
con timonel inepto que ha llevado 
a este barco -el "Hispania"- a "hacer puñoetas".

Ya hemos echado al gafe por la borda 
y a su tripulación en cuarentena,
a la sentina encerrados por un tiempo 
a que duerman allí la borrachera. 

Un nuevo capitán se ha puesto al frente 
que promete sacarnos pronto de ella, 
aunque la tarea tiene muy difícil 
que el tamaño de las olas no es cualquiera. 

Llevamos sobrepeso de ladrillos, 
y de injusticias que nos desmoralizan, 
corrupción y ladrones de los víveres, 
pasaje numeroso a la merienda. 

Veremos además quiénes se atreven 
a trepar por los mástiles y arriar velas, 
desplegadas a un gasto huracanado 
que hacia el abismo líquido nos lleva. 

Los egoistas quieren desembarcarse
y no arrimar el hombro a la tarea  
-"los más débiles no, yo voy primero"-  
piensan tomar las lanchas e irse fuera.

Veremos cuantas ratas abandonan 
si agotamos reservas de galleta;
por cubierta asoman ya chillonas  
y las primas del riesgo están histéricas. 

Hay bandas de sectarios que abren brechas
urdiendo secesión -motín a bordo-
y han colocado explosivo y amenazan, 
si no se cede, en encender las mechas. 

Pero lo malo, entiendo, no es que sólo 
sea nuestro barco quien el desastre enfrenta, 
pues a babor y a estribor otros bajeles
tienen dificultades, y muy serias. 

El "Hélade" entre escollos medio hundido, 
"Lusitana" y "Ravioli" naufragando, 
el "Camembert" con una vía de agua, 
y el "Britania" ahogado en sus problemas. 

De pequeños barquitos la flotilla, 
nada puede esperarse aunque quisieran,
que en capear el temporal tienen bastante
en turbulentas aguas financieras.

Y del "Germania", potente acorazado, 
se podría ir al rebufo de su estela,
mas parece que algo pasa en sus máquinas 
y aminora la marcha, está a la espera.  

Así pues nos queda encomendarse 
a una Virgen Patrona milagrera, 
ponerle velas (que no sean de gasto), 
rezándole rosarios (no de auroras), 
y entonar letanías (no de quejas). 

En la esperanza que este culto "mariano" 
que obró milagro en que el Mar Rojo abriera,
nos disipe el ciclón que se echa encima,
calme al pasaje que ya se desespera,
y nos lleve a buen puerto y pronto sea.

Que yo una vez que pise tierra firme, 
ya a salvo de tormentas y galernas,
besaré en puerto el suelo adoquinado
e iré buscar después una taberna, 
dando hurras estaré: "Joy-Joy-Ra-Joy", 
entre el ron y canciones marineras.

© albertotrocóniz / 11
de "TAL COMO LO VEO"

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