Acotación al margen: todos somos
monigotes portando nuestras máscaras
cuando con ellas nos identificamos.
Cada uno juega el rol a él asignado
y tal papel da pié a que en este mundo
sea posible, de Dios, el espectáculo.
No es lo malo ser actor, es divertido;
la locura insensata es el creérselo
(a nivel personal y colectivo).
Y la muerte que debe ser es esta:
abandonar interiormente todo;
la idea de persona es la primera.
Permitiremos así que el gran misterio
pueda llenar el vacío disponible
y ser tan solo meros instrumentos.
Afinando nuestras capacidades
hará en nosotros suene más armónica
la música que toque el Gran Silencio.
© albertotrocóniz / 11
del "LA BÚSQUEDA INCESANTE"
y de: "FOTOFILTRADA"
y de: "FOTOFILTRADA"
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