lunes, 20 de enero de 2014

MADAMA G., DOCTORA EN CIRUGÍA

Para dar con su nombre verdadero
—dado que "a palo seco" es innombrable—
se propone bonita adivinanza
(lo cual deleita a la par que instruye)
con pistas oportunas y adecuadas
yendo del "frío, frío" a lo caliente;
mas mucho ojito, procura no quemarte.

Como cuervo posado en la más alta
rama de un árbol seco en el invierno,
la interfecta colgada de su percha
es pájaro que en mal agüero acecha.

Ave siniestra de especie carroñera
de un sólo ojo mas de aguzada vista,
que se lanza en picado en breve vuelo
sobre el cuello de presas (y de presos).

Su nombre es "G." mas no resulta sexy
su "punto G", no le tientes la ropa;
también se la conoce por Marianne
y para amantes es mantis religiosa.

Grande putana, guarda te guiñe el párpado;
del "mal francés" pudiera contagiarte
si acaso en su agujero te introduces
que es vagina dentada castradora.

Se sienta "tricoteuse" entre el gentío
esperando que empiece el espectáculo
y sus labores en mucho se asemejan
en cortar de los hilos, a las Parcas.

Tiene un ojo —puedes llamarlo "clínico"
que te examina y si detecta algo
que comprometa pureza de costumbres,
hacer sangría prescribe su receta.

Ventana abierta sin vidrios ni cortinas
y vistas despejadas a la plaza,
mas nada hay que proteja de corrientes
y allí asomarse produce frío al alma.

Es puerta al más allá donde su hoja
abate en vertical y es corredera;
las jambas y el dintel tres leños secos
y hasta el umbral se accede en escalera.

Su cerradura es simple mecanismo
con un hueco redondo del diámetro
no de un codo, ni un pie, sino de un cuello;
podrás usar la llave una vez sólo.

Decoración austera y elegante:
guirnaldas tricolor en balconada;
sólo un cesto de mimbre, al lado un arca
de humilde pino y boquiabierta tapa.

Resulta pieza de mobiliario urbano
útil para limpieza de las calles
de criminales, traidores y corruptos
que a la república causan tanto daño.

Del “frío, frío” (de una condena a muerte),
al “templado” (cual de su hoja de acero),
pasa al “caliente” (como es el de la sangre),
y al “te quemaste” (las cenizas a fosa).

Ya con escalofríos lo adivinas:
se trata de Madama Guillotina.





© albertotrocóniz / 14
Texto: de “POEMAS DE LA SOMBRA”
Imagen: de “FOTOPINTURA”
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