Tomándome un café en una terraza
leo en periódico que nuestra fiesta brava
de hondas raíces en la cultura hispánica
(Goya, Picasso, Ortega, García Lorca
y otros ilustres en larguísimo etcétera…)
va a desaparecer y esto parece
que regocija a muchos; oigo al lado
conversación de tont@s a la moda:
<< Esas brutalidades de la fiesta
llamada nacional, ¡menudos bárbaros!;
hay que impedir que los pobres toritos
les sirvan en las plazas de espectáculo.
Deben dejarles tranquilos, que disfruten
ya que tienen derechos cual nosotros,
y legislar que en todas las dehesas
se implanten los servicios sanitarios
para cuidar de viejos animales
que ya tengan achaques, reumatismos…
Quizá, eso sí, desaparezca raza
en detrimento de variedad faunística:
¿quién va pagar por verlos en el campo
el pastar y el rumiar horas y horas,
¡menudo aburrimiento! (¡ay el burrito,
otro animal que siempre es maltratado!);
otro animal que siempre es maltratado!);
pues si ha de ser así, ¡desaparezcan!.
Mas bien mirado, se han de dar subvenciones
para que haya una reserva idílica
garantizando que se mantenga especie
… aunque si bien pensado, para eso, charoleses
que esa casta se forja en la pelea
y a estos otros se lleva al matadero
… mas ¿qué es mejor, morir en una plaza
haciendo gala de dotes de bravura
con la oportunidad de haber indulto
o en una instalación horrible y tétrica
de una manera inicua y degradante?;
¡ninguna de las dos!, ¡hay que plantarse!;
la conclusión es: de carne "nosti, nosti",
que sólo haya restoranes veganos
… ¿pero qué pasa con estos zapatitos
de piel tan monos que acabo de comprarme?…
¡Ay que lío, mejor paso a otra cosa!>>.
Sigue en plan pijitont@ desvariando…
<< Misión humanitario–animalesca
es lo que pide un nivel de desarrollo
y estado del bienestar para extenderlo
a cualquier criatura y ser viviente.
Todos vestidos de "Coronel Tapioca"
debemos de lograr este gran reto;
no puede consentirse que hoy en día
reine la fuerza bruta en el planeta.
Pues hemos de educar los animales;
hacer con ellos campañas pedagógicas:
debemos conseguir que los leones
no cacen más gacelas en la selva.
Hay que llevar en misión de salvamento
esos potitos tan sanos de verduras:
acelgas, alcachofas, nabos, frutas,
que son alimenticios y variados.
Y nombrar comisiones que investiguen
cuáles sus gustos en plan vegetariano
y si al principio se rebelan un poco,
es natural, extrañan los sabores.
Que a ello se dedique un porcentaje
—yo pongo ya una cruz en mis impuestos—
para adquirirlos en grandes cantidades
y dejarlo en reparto por la selva;
cada cual de un sabor, el que más guste:
… mmm las serpientes no sé, ¡los monos plátano!.
Lo malo es que parece que la ciencia
ya detecta conciencia en vegetales,
que si le hablas con amor a las plantas
ganan más lozanía y medran, crecen.
De confirmarse no sé si los potitos
pudieran ser un poco criminales:
a ver con qué ánimo se cuece
a una patata, un nabo, una cebolla…
Sólo usaríamos los huevos y la leche,
aunque robar también da un poco grima
… haciendo vista gorda en cereales:
¿les gustará a los tigres unas gachas?.
Un poco peor lo tenemos en océanos
pues ¿como convencer a tiburones
que dejen de atacar a bebés-foca,
o el calamar gigante a besuguitos?.
Habremos de adquirir más batiscafos
que incorporen equipo estereofónico
y difundan por las ondas la novena
de Beethoven (y la de San Francisco);
de momento adaptar los submarinos
y los barcos de guerra de la Armada.
El caso es impedir las salvajadas
que esta natura ciega e insensible
comete con las pobres criaturitas;
¿acaso Dios las deja de su mano?,
¡ya podría aprender de mi Walt Disney!.
¡Ay qué hermosura esos animalitos!
que cantan juntos canciones tan bonitas:
leones, serpientes, monos y pajaritos
y en la mar pececillos, sirenitas…
Pero una cosa: ¿qué hacemos con insectos?,
que aunque algunos resulten repulsivos
no por ello debemos de matarlos:
escolopendras, escorpiones, tarántulas…
¿no les esperan acaso sus hijitos?;
el caso es que me dan un miedo bárbaro;
¿les dolerá si aplico insecticida?
… y aunque no duela como a otros animales
con sistemas nerviosos más complejos,
desde reptiles hasta los mamíferos,
¿qué hacer con las serpientes, ratas, fetos?
(tengo unas cuantas amigas abortistas);
¿debemos renunciar a en más cargárnoslos?.
¡Ay madre mía qué lío es ser tan buen@!;
no sé si es sano, mejor pienso otra cosa…
¡Qué gran iniciativa esa del mono:
reconocerlo en parlamento como iguales;
¡hay que imitar aquí a los argentinos!
… y la mosca vulgar ¿es que no tiene
en común con nosotros y nosotras
un 90% de ADN?… >>
… así siguieron desvariando con gansadas
al tiempo que zampaban con deleite
su tabla de patés de foie de oca
en menosprecio al dolor de hígados grasos;
ya con los postres giró la perorata
en torno a los derechos que hay a aborto.
© albertotrocóniz / 16
Texto: de “TALCO MOLO EO”
Imagen: de "FOTOFILTRADA"
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