Recuerda nuestro encuentro, allá en el parque
cerca de mi refugio en las afueras
de la ciudad de Weimar —fue mi corte—
de la ciudad de Weimar —fue mi corte—
bordeada por el Ilm, tú te acercaste
a venderme unas flores… te adquiriera.
Yo llegaba del sur, después de Italia
renegando de la bruma del norte,
pero tus ojos y el pelo ensortijado,
¿napolitana?, ¿romana?, ¿milanesa?…
¿contigo prolongar aquel gran viaje?.
Enseguida nos hemos hecho amantes
con un amor intenso y sin descanso
causando gran escándalo en palacio
y en el conjunto de gentes bienpensantes;
pasión dan las pasiones, por si acaso…y en el conjunto de gentes bienpensantes;
Trátame de Excelencia en los salones,
haz el papel de fiel ama de llaves,
mas luego por las noches cuando solos
sé mi amiga, mi hetaira y dulce amante.
Admira en mí el porte y los honores
que sociedad me rinde en pleitesía,
mas luego en la chocita solitaria
permíteme que admire yo tus dones.
Limpia la casa, la plata y los cubiertos
y que reluzca la mesa del convite,
pero después cuando quedemos solos
lustrémonos entrambos en la tina.
Contén tu lengua delante de señoras
aunque sepas de ti se están burlando,
mas luego cuando todas se hayan ido
mis versos guarros recítame en el catre.
Gobierna sobre criados y sirvientes,
disponlo todo y hazme la vida fácil,
mas nunca intentes gobernar las costumbres
del Júpiter germano asaz tonante.
Y cuando un día los soldados vengan
a meterse en mi casa y a matarme,
interponte y sálvame la vida
que luego yo contigo he de casarme.
Cuida de nuestro hijo —un ser tan débil—
yo tengo otra progenie: poesía,
a ella me debo por encima de todo
pues la carne es falaz, la obra durable.
Cuando fallezcas, disculpa que a tu cámara
no vaya a despedirme y a velarte;
sabes cuanto valoro calma olímpica:
lo humano tan humano es fastidiante
(ya en soledad con amargor te llore).
(ya en soledad con amargor te llore).
Déjame libertad para ser viudo,
coquetear con jóvenes en bailes,
dar alimento y fuego a este mi genio
que sólo enamorado sobresale.
No consideres que soy un egoísta:
la vida es mi gran obra de arte
y tú a mi lado unida por mi fama
habrás de pervivir, tener tu parte.
© albertotrocóniz / 16
Texto: de “LA TORRE DEL HOMENAJE”
Imagen: “La Vulpius y Goethe”
(fragmento de un grabado de Rainer Ehrt)
de “PINACOTECA”
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