No se puede contentar a todo el mundo,
ya lo dice F.C. Gauss “el campanero”:
matemáticamente siempre existe
en cualquier estadístico universo
un diez por ciento aproximadamente
de individu@s que “dan la campanada”
mostrándose con todo inatisfech@s.
Se toman a sí mism@s por más list@s,
y/o por más guap@s, y/o por más perfect@s
y le sacan a cualquier cosa defectos
pues si rebajan al otro, parezca suban ell@s.
Probable venga de un trauma de la infancia:
para llamar la atención de los mayores
que si no me hacen caso, pues me quejo
y por no oírme me dan lo que pretendo.
O bien me han prometido un caramelo
y si se han acabado me rebelo,
lo reivindico, me enfado, pataleo…
¿con qué estafarme a mí?, ¡ya verán ellos!.
Así voy por la vida en son de gresca
incordiando cual mosca cojonera
viendo siempre en los otros a enemigos;
colaborar “me pone de los nervios”
incapaz de llegar nunca a un consenso.
Lo malo es que yo sigo insatisfecho,
dado que estoy muy lejos de mi mismo;
desconectado de mi, me he sobreimpuesto
un personaje absurdo: “Don Protesto”.
© albertotrocóniz / 16
Texto: de “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Niño Protestón”
de “FOTOFILTRADA”
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