viernes, 31 de octubre de 2014

UN REMEDIO INFALIBLE EN MINGITORIO

Cuando voy a mear a un wáter público
y se pone alguien cerca en urinarios
cuesta empezar a que la micción salga;
será por timidez o por modestia,
o quizás por temas de la próstata,
pero entonces recurro a un viejo truco:

imagino que el desagüe de aparato
al lado de la mosca consabida
es boca abierta de algún traidor amigo,
de alguien que pretendió ser lo que no era
y fementido abusó de mi confianza
jugándome una mala pasada.

Entonces tal idea obra en ensalmo
saliendo un chorro potente dirigido
hacia las fauces abiertas de aquel Judas
y así en un periquete yo me alivio,
no sólo de la urgencia fisiológica,
sino de la moral, que también cuenta
con esta especie de inocente venganza
sin acritud (que no se nos olvide).


© albertotrocóniz / 14
Texto de: "LA ESPUMA DE LOS DIAS"
Imagen de: “DIBUJO Y PINTURA"


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