Por siglos para muchos un Misterio
incomprensible el de la Trinidad,
¡y eso que al fin y al cabo es lo que somos!;
¡y eso que al fin y al cabo es lo que somos!;
quien lo introdujo sabía de qué hablaba
aunque después la jerarquía incluso
perdió la conexión con esa fuente
y para casi todos quedó en dogma,
forzado aunque no se comprendiese;
forzado aunque no se comprendiese;
pero una espiritualidad madura
ha de ir de la creencia a la evidencia
ya que con dogmas no se avanza en desarrollo
de religiosidad si es verdadera;
de religiosidad si es verdadera;
he aquí el resumen del llamado misterio
que hoy día por tanto debiera dejar serlo.
Dios es Uno y es Trino y de por medio
—esto nunca se dice claramente
y es una pieza fundamental del puzzle—
está lo dual (el Yin y el Yang taoista):
la única luz se divide en un prisma
del uno al duplo, al tres, luego a lo múltiple
en miríadas de millones de reflejos
(que uno eres tú y otro yo por ejemplo).
En el fondo hay tan sólo lo Uno
… manifestado en polos: macho y hembra,
lo activo y lo pasivo, eléctrico y magnético…
luego prosigue en el aspecto trino
que hoy día por tanto debiera dejar serlo.
De una manera simple lo presento
ya que el arcano se encierra en tres palabras
(en todo caso escritas con mayúsculas):
El Espíritu Santo INTELIGENCIA
El Hijo AMOR, Alegría, Belleza,
El Padre OMNIPOTENCIA suma;
quien quiera más puede seguir leyendo…
—esto nunca se dice claramente
y es una pieza fundamental del puzzle—
está lo dual (el Yin y el Yang taoista):
la única luz se divide en un prisma
del uno al duplo, al tres, luego a lo múltiple
en miríadas de millones de reflejos
(que uno eres tú y otro yo por ejemplo).
En el fondo hay tan sólo lo Uno
… manifestado en polos: macho y hembra,
lo activo y lo pasivo, eléctrico y magnético…
luego prosigue en el aspecto trino
de Energía, de Amor, de Inteligencia
(Padre, Hijo y Espíritu Paráclito).
Tres cualidades que lo componen todo;
tal potencial ilimitado somos
en un nivel profundo que se expresa
a su modo y manera con mil formas
en todo lo creado, todo es eso:
dios, hombre y mundo remiten a esa esencia.
En hombre y mundo vemos que el triple aspecto
está presente en cualesquier fenómeno
el cual refleja en mayor-menor grado
y en proporciones que pueden ser variables
según matices que adopta contingencia,
el Amor, la Energía, Inteligencia,
y nada hay que no pueda asignarse
a la expresión de tales tres potencias
combinadas de innúmeras maneras
… y en cada una de ellas ha de verse
el aspecto dual que las integra:
lo activo y lo pasivo de las mismas:
… y en cada una de ellas ha de verse
el aspecto dual que las integra:
lo activo y lo pasivo de las mismas:
Inteligencia activa creadora
y comprensión pasiva en complemento;
Amor activo macho y ese otro
en contrapunto acogedor de lo hembra
(no se refiere sólo a hombres o mujeres);
Potencia activa dinámica de empuje
y resistencia cuando se hace pasiva.
Mas nada hay malo, todo es en positivo;
la zona oscura de esas tres cualidades,
la zona oscura de esas tres cualidades,
lo que llamamos odio, debilidad, torpeza
no tienen realidad, sólo es producto
de una mente que tasa su presencia
con algo relativo y no absoluto:
con algo relativo y no absoluto:
el odio es sólo amor en egoísmo,
debilidad es fuerza en menor grado,
torpeza digo a poca inteligencia.
Llevado el argumento a dimensiones
de planos superiores transcendentes
y en tradición occidental judeo-cristiana:
Dios es la “Trinidad”, diferenciada
en Padre-Voluntad, en Amor-Hijo
e Inteligencia-Espíritu Paráclito.
Esta verdad cristalizó en un dogma
tantas veces forzado a sangre y fuego
sobre parafernalia de herejías;
incomprensible por siglos de las gentes
se ha enfatizado el aspecto mistérico
de algo que —aunque sublime— es accesible
a la razón y a la intuición humanas
cuando en meditación contemplativa
se investigan realidades sutiles.
En otras tradiciones orientales
a la expresión trinitaria denominan
como “Trimurti” o epifanías triformes
de lo divino, y así en el Hinduísmo
son Brahma, Visnú y Shiva, con funciones
de creación, conservación y destructivas
de todo lo que nace, vive y muere,
desde el gusano a mundos y universos.
De similar manera en el Vedanta
el dios manifestado como Ishvara
es uno y trino en el "Sat-Chit-Ananda"
con los aspectos también diferenciados
funcionalmente, pero en su origen único, de:
Chit que es la Mente divina, es el Espíritu,
inteligencia suma en el proyecto
abierto a un infinito de posibles
y esperanzado en ideas-formas múltiples.
Ananda es el Amor, gozo perfecto;
todos los modos que tenga la belleza,
desde la piedra al animal y al ángel,
y en compasión mantenedor de La Obra.
Sat se ha de ver como Potencia suma,
el aspecto terrible omnipotente
de la esencia de Dios; es Fé-y-Destruyo
creador y engullidor de cosmos.
Y por detrás del dios manifestado
en mil modos diversos, expresiones
de la Tríada surgida de los polos
de lo Dual (el Yin y el Yang taoísta)
en que lo Uno decide desgajarse…
es el Cero, inefable, inmanifiesto
telón de fondo a todo lo que existe:
la mente es ya instrumento inadecuado
y aquí el Silencio cubre en velo sagrado.
Y ahora una reflexión para aplicarse:
¿hay algo acaso que fuera de Dios sea?
lo que llamamos "yo", llamamos "mundo"
no es sino "El" …sí, tú eres Dios al cabo;
cualquier asunto participa de esencia
perfecta en realidad (aun no en el sueño)
perfecta en realidad (aun no en el sueño)
y es su expresión variable en los aspectos
de Energía, de Amor, de Inteligencia.
Lo bueno es que estos campos fabulosos
son nuestra identidad, son nuestra esencia
que pide más crecer y realizarse
yendo del potencial a actualizarse
yendo del potencial a actualizarse
—pues tal es el objeto de las vidas—
adaptándolo a sus vehículos y modos.
Tengo una forma humana limitada
en cuanto a ejecución de, por ejemplo,
capacidades físicas: no vuelo,
ni nado o salto, tampoco soy tan fuerte
cual ciertos animales, tengo otras
que ellos no tienen tipo intelectuales
y afectivas, y las de transcendencia…
que cada uno en el conjunto expresa
y afectivas, y las de transcendencia…
que cada uno en el conjunto expresa
la Creación a su modo y manera
en maravilla; somos los instrumentos
en maravilla; somos los instrumentos
que interpretan la enorme sinfonía.
Lo malo es que estamos ignorantes
—aquejados de una forma de olvido—
primero de que exista y de que luego
podamos realizarlo y lo vivamos,
y eso, a un nivel externo contingente,
no alcanzaré en el sueño a conseguirlo,
mas sí a nivel profundo si despierto.
Somos la música que surge en el silencio
antes de repartirse en partituras;
somos la Luz de pura Inteligencia
y la Belleza y el Amor con mayúsculas,
la Voluntad y Energía fabulosas.
Esto es así y quien lo intuya vaya
a procurarlo al máximo en camino
a él asignado por una mano sabia
(que no es ni más ni menos que YO mismo)
que pone circunstancias para el caso
acordes a lo que se necesita
en un momento evolutivo dado
para avanzar más y más a lo Absoluto.
Pues sí en efecto, ¡eres el dios, despierta!.
© albertotrocóniz / 14
Texto de: “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Triángulo Unitario Incomprensible”
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