En el cohete que nos lleva a un planeta
desconocido para colonizarlo
porque la Tierra ya se ha hecho invivible
(tal que parece una piscina china)
hay mucho tiempo y pocas distracciones;
además tenemos el encargo
de ser prolíficos y de que lo poblemos.
El semen congelado que llevamos
para las jeringuillas vaginales,
de prohombres, de atletas y científicos
hoy misteriosamente se ha arruinado
(quizá una "mano negra" ha intervenido);
por lo tanto me han puesto un camarote
a compartir contigo en ratos libres
para cuando no estemos de servicio
—lo cual no es óbice para cumplir las órdenes—
pues tú eres comandante de la nave
además de atractiva mulatita
(que razas puras no quedan ya en el orbe)
y yo soy comisario de las Artes
y también de asuntos religiosos
(para escribir, si tercia, un otro Génesis).
Que ingravidez, aderezando el juego,
propicie al cabo que tú devengas grávida;
nunca pensé después de tantos siglos
volver a hacer tal cual de Adán y Eva
en nuevos paraísos tecnológicos,
pero hay cosas que no se han mejorado
(y mejor que no cambien por milenios).
(y mejor que no cambien por milenios).
© albertotrocóniz / 16
Texto: de “LA ESPUMA DE LOS DÍAS”
Imagen: “Soledad Viajera por Galaxia”
de “FOTOPINTURA”
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