De vez en cuando me gusta hacer el loco
y travestirme, incluso de gallego
(aunque nunca podría de Mari-ano),
pues que los locos al igual que los niños
le cantan las "verdades del barquero"
al "lucero del alba" si se tercia
y se lo pasan bien que es lo que importa.
Vamos a ver si Hortensio va al percebe
y arranca a Mari-anito de su roca.
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