Este barco cruzó de polo a polo
llevando en sus maderas a valientes
hacia retos que estaban aún pendientes
con el mérito de hacerlo a vela y solo.
Es la tenacidad, es la aventura,
la sed constante por lo nuevo, el frío
del noche-día polar, el desafío
del infierno de hielo y su tortura.
Mas todo es para bien si la bandera
plantada en la tormenta de la nieve
en latitud 90 (más o menos)
que tras del Ártico a Antártida ponemos
que tras del Ártico a Antártida ponemos
—gran novedad que el mundo entero espera—
puede anunciar Amundsen, … si es que vuelve.
© albertotrocóniz / 16
Texto: de “LA TORRE DEL HOMENAJE”
Imagen: “FRAM”(¡adelante!)
de “FOTOFILTRADA”
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