viernes, 23 de mayo de 2014

TRES ESTADOS EN LA ÚNICA CONCIENCIA

Observemos el sueño, de hecho hay tres sueños:
sueño profundo, el sueño con ensueños 
y estado de vigilia: tres estados
de consciencia (pero no de Conciencia
que es algo por detrás de contingencias)
por los que pasa el hombre en su experiencia
en esta vida compuesta por los  sueños,
que incluyen muerte, ¿de vigilias descanso? ; 
¿cuál es la realidad?, ¿cuál la apariencia?.

Al sueño que es profundo sin ensueños
podemos describirlo como "un blanco"
en donde "funde en negro" nuestra mente
habitual, pues no se encuentra inmersa
ni en el tiempo ni espacio ni en materia, 
aunque hay "algo" que mantiene mi presencia
y este algo no es sino la Conciencia
por lo que puedo decir que yo allí he sido
y no es la nada —de nadas no se vuelve—
no ha habido pensamientos, simplemente.

Luego se llega a un sueño con ensueños
(que es la fase intermedia a la vigilia)
y ahora este modo lo adopta la Conciencia
con proto aparición de un pensamiento
en que se crean esos dos "a priori"
cuales son el espacio y el tiempo,
para vivir "realidades" patentes
(las tomo como tales allí inmerso
por más que luego las vea virtuales)
en donde surgen mundos y avatares
que asigno a un yo protagonista en ello
quien como humo desvanece en despertando

… y me zambullo al estado de vigilia,
a esa parte de la vida en sus dos tercios
que supone la perfección de engaño
pues trae un más sofisticado pensamiento
(donde se envuelve la desnuda Conciencia)
creando ahora la ilusión de un nuevo ente:
la materia, que unida a espacio y tiempo
da "realidad" a las cosas y a los otros,
y a mi mismo confundido con un cuerpo.

Resulta extrapolable el argumento
que hemos visto respecto a los ensueños,
a este otro estado que doy por verdadero;
pues si he dotado de realidad a aquellos,
¿quién no dice que en vigilia esté soñando
inmerso inadvertido en las ficciones
de la materia, del espacio y del tiempo,
y que en cualquier momento me despierte 
hacia una realidad de mayor fuerza 
en que esto palidezca como engaño?.

La Realidad (escrita con mayúsculas)
debe ser algo que resulte inmutable 
no dependiente de estados de la mente
variando en proyecciones de Conciencia
cual sueño con ensueños y vigilias
que van y vienen, son y desaparecen
creando la noche y día en varios mundos,
surgente en vidas-muertes por los tiempos.

Me pregunto por el último sujeto,
el testigo invariable en la experiencia 
del recorrido por los tres estados;
si hay algo que es común a todos ellos 
es la noción del Yo, de la Presencia
de la pura Conciencia sin estados.

Esa es la Realidad de lo que somos 
y es lo que nunca nace y nunca muere
ni en la escala menor de noches-días
con sus sueños de ensueños y vigilias,
ni en la escala mayor de vidas-muertes
con sus reencarnaciones y descansos.

Todo ello, sólo imágenes cambiantes:
sombras chinescas que muestra la pantalla
en proyecciones de luz de la Conciencia
con la ascesis como único argumento
de pasar de los objetos al Sujeto
que mora incólume tras el sueño profundo
en potencial de luz —quieta Presencia—
sobre el telón de fondo del Silencio




© albertotrocóniz / 14
Texto: de “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Linterna Mágica”
de Athanasius Kircher, 1646,
de “MUSEO”
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en el Tablero “LA BÚSQUEDA INCESANTE”

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