El poli soportaba estoicamente
chorreo de gritos de la atractiva joven
(cuanto más fierecilla, más deseable)
de garganta profunda extraordinaria.
Al arrimarse tan cerca, por su boca
podía verle campanilla (y hasta el clítoris)
podía verle campanilla (y hasta el clítoris)
con chillidos estentóreos que le daba;
algún "chupete" a esa niña mal criada.
La "puta orden" de no mover ni un dedo,
inevitable pensar ponerle ahí algo
que la tuviese algún tiempo entretenida:algún "chupete" a esa niña mal criada.
La "puta orden" de no mover ni un dedo,
que aquel de abajo no evitaba creciese
compitiendo en dureza con la porra;
por un instante se cruzaron miradas
y adivinando el asunto la muy zorra
aprovechó a aplicarle el tercer grado:
se deslizó hacia abajo a la entrepierna
y en un "pis-pas" le abrió la cremallera
(sabía de su consigna de estar quieto);
sustrajo la "cop-oya" entre sus manos
—hacía honor al Cuerpo la del cuerpo—
junto con las pelotas (no de goma).
“Te van a expedientar si te meneas;
sé que recibes órdenes tajantes”
y procedió como en la francesada.
Él aguantó a pie firme acometidas
(salvo estertores del todo inevitables);
sus superiores nada le reprocharon.
Lo malo fue que saliese en los medios
y lo viera por la tele su novia:
histerias y más gritos; lo dejaron.
Las malas lenguas dicen que le veían
las noches de permiso por los bares
"dándose el lote" con la manifestante.
Fue un "buen rollito" a más de inesperado
que surgió de situación caótica;
no todo son insultos y adoquines
ni absurdas órdenes de tanto gilipoyas*.
© albertotrocóniz / 14
Texto: de “TALCO MOLO EO”
Imagen: de "FOTOFILTRADA"
*Notas:
Sí “Poya” sí, ¡por dioses nunca “polla”!
a denotar el miembro de varones
que mal le cuadra ser una gallinácea
a no ser aquellas de Marianos… (Ver más en ↓)
a no ser aquellas de Marianos… (Ver más en ↓)
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