El pasado y el futuro están cargados
de dolor y placer: de sufrimiento;
sólo el presente Es y es puro gozo,
ni más ni menos revela nuestra esencia.
Que es la totalidad, la pura fuente
de la Energía, el Amor, la Inteligencia;
lo cual se expresa después con cien mil formas
en la ficción del espacio y del tiempo.
Que es la totalidad, la pura fuente
de la Energía, el Amor, la Inteligencia;
lo cual se expresa después con cien mil formas
en la ficción del espacio y del tiempo.
Si Dios es luz, el mundo proyecciones
que describen historias muy variadas,
vienen y cesan, se encienden y se apagan;
yo la pantalla que acoge toda imagen.
Por esa luz se crean sombras que agitan
en claroscuros, se tiñen de colores
y al cabo breve tiempo difuminan;
tan sólo la pantalla permanece.
Yo creo el mundo, creo los universos
surgidos y engullidos en un punto
que es el de la Visión de la Conciencia
sin principio ni fin, alfa y omega.
Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy sólo presente,
soy el aquí y ahora, soy sin tiempo;
sólo la mente dejada a sus caprichos
saca de lo real y soy conceptos.
Conceptos sobre mí, sobre los otros
sobre Dios, sobre muerte, sobre vida,
todo entonces se implica en conjeturas,
causalidad, secuencias aparentes.
Si me confundo con el tiempo y espacio
me tomo por un ente separado
al que adjudico un cuerpo, unas ideas
que defender por sobre todo el resto.
Digo “hasta aquí establezco mis fronteras”:
las de esta imagen que asumo sea mi cuerpo
-bien mirado no hay tal, todo son flujos-
digo “mi” mente y “mis propios” objetos …
Tal actitud describe el mito bíblico
de la expulsión del no-lugar sin tiempo
cuando se muerde del árbol de la Ciencia
con lo polar que hay en lo manifiesto.
Positivo-negativo, macho y hembra
el yin y el yang …, todo en interacciones
creando el espectáculo del mundo
conmigo actor, pero yo no soy eso;
tengo un papel, un rol que hace posible
mi participación dentro del juego,
pero si me confundo con la máscara
la cosa se convierte en un infierno;
soy monigote objeto de avatares
escritos en guión: vidas y muertes
con dolor y placer, altos y bajos;
me aferro a unos con rechazo del resto.
Hacer de Hamlet puede ser divertido
a condición de no identificarse
con problemones en la corte danesa
de esos tiempos remotos: un infierno.
El Paraíso es aquí y es ahora;
está detrás, basta el estar atentos
a la Presencia que soy por siempre incólume
en puro gozo, alegría sin objeto.
Así el pecado que es el originario
de todos los conflictos: ego y mundo
mundo y dios, dios y ego -todo es falso,
no tienen realidad, son apariencias-
… asigna realidad a lo que es sueño;
una equivocación, sólo un oxímoron
como el de “el hijo de una mujer estéril”
(¡nos invite a sus bodas incluso pretendemos!).
© albertotrocóniz / 14
Texto: de “CUADERNO FILOSÓFICO-RELIGIOSO”
Imagen: “Expulsión de Adán y Eva”,
Capilla Sixtina, Miguel Ángel
de “PINACOTECA”
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