La ciudad ideal de mi república
bautizada con el nombre de Pantopia,
tiene en el centro una plaza en rotonda
que alberga en su interior una gran fuente;
“de Montesquieu” esa plaza se llama
a la que mira todo edificio público:
el palacio de sede del Congreso
los ministerios, los altos tribunales…
Conforma el monumento un amplio estanque
que ha de por medio un surtidor altísimo
surgiendo de la entraña de la tierra
que se eleva hacia el cielo y es visible
en todo punto allá donde te encuentres;
rodean al surtidor cuatro fontanas
con escultura alegórica y relieves
dispuestas en escuadra en cada vértice,
que equidistantes circundan ese géiser.
Una excursión de niños de un colegio
de “Educación para Ciudadanía”
va a visitar la plaza y les explican
qué demonios querrá decir aquello:
En la primera fuente puede verse
a una matrona con los ojos vendados
que con la mano diestra empuña espada
y con la otra sostiene una balanza;
a los niños de la excursión explican
que “La Justicia” es lo que representa
y está vendada pues no distingue a nadie
y pros y contras sopesa en la balanza.
En la segunda fuente se contempla
un viejo adusto de ademán pensativo
que sobre un libro escribe cuidadoso
lo que le dicta un coro en semicírculo;
esto chavales es “El Legislativo”
que es quien se encarga de redactar las leyes
atendiendo a diversos argumentos
que buscan bien común de la república.
Prosigamos y veréis qué bonita
es la escultura en la contigua esquina
que representa a un hombre musculoso
cual un Titán en actitud forzuda:
lleva un dogal con una argolla al cuello
y una cadena como si fuera un perro;
a su lado se ven las herramientas
que él utiliza, de muy diversa índole:fuerzas del orden y administrativas,
educativas, aquellas sanitarias…
Esto queridos es “El Ejecutivo”
que aun siendo poderoso está sujeto
cual un esclavo al servicio del anciano
que acabamos de ver en la otra estatua
mostrando así que debe “atarse corto”;
y que por siempre ha de cumplir sus órdenes
no desviándose un ápice de ellas,
pues si lo hace vendría la dama ciega
a impedir que en el desmán prosiga.
Seguidme a la que queda, es divertida:
ved a una joven tocando una trompeta
y también un tambor como a rebato,
la acompañan loros y papagayos;
esto chiquillos es “Libertad de Prensa”:
autonomía de opinar y de expresarlo
sin censura por medios cualesquiera:
audiovisuales, o gráficos o escritos,
y siempre vigilante está pendiente
de lo que hagan las otras tres figuras
y ante algo extraño va y toca la trompeta
y repica el tambor dando la alarma.
Mas “¿qué será ese chorro tan alto
que como un géiser lanza al cielo sus aguas
produciendo un ambiente muy fresco
y un sonido tan grato a ciudadanos
que infunde al verlo serenidad en almas?”
(dijo un niño sensible, no como otros
que solo piensan "¡qué rollo!" e irse a casa).
—Eso dilecto niño es “El Espíritu
de la Nación, del Pueblo, de la Patria”
que aspira a trascender el ras del suelo
y hacia ideales gallardo se levanta.
—¡Qué bonita es la fuente, no como otra
que acabamos de ver allá en España!
donde es gran lástima que no corran los chorros
cual era antaño (como esos de La Granja),
pues hoy en día está fuera de uso
ya que se han roto por dentro cañerías
y el agua se ha mezclado con el lodo
saliendo toda sucia y enturbiada;
ya no es espejo en que cielos reflejan,
ya los pájaros no beben de sus aguas,
tan sólo moran en ella sabandijas,
culebras, sanguijuelas, sapos, ranas…
de vez en cuando el populacho la usa
en festejos del "fúrgol" subiéndose a su taza.
Tal sentenció aquel chaval preclaro
y el profesor corroboró el aserto:
—Más que una fuente semeja una cloaca;
de hecho el pueblo que pone a todo motes
—ya se sabe la gente, que es muy mala—
la ha bautizado de “Fuente Moncloaca”
que allí el poder escupe, mea y caga
y a la ciudadanía hace beber sus aguas
y a los más díscolos los ahoga dentro y mata,
…mas confiemos no dure eso por siempre
e irrumpan pronto las aguas subterráneas.
© albertotrocóniz / 13
Texto: de “TALCO MOLO EO”
Imagen: Ciudad Ideal de Spekle (1608)
de “PINACOTECA”