Como un espejo escondes el misterio
de tus fondos bajo la superficie
que cruzan barcos apenas estorbando
la calma milenaria de las aguas.
Sobre el azogue asoman como inquietas
ciudades ribereñas, las agujas
de torres campanarios y los ojos
que observan ese reto que tú ofreces.
En yermo oscuro de simas abisales
acoges a los barcos, submarinos,
hombres muertos, afanes y tesoros,
desde los vikings hasta recientes guerras.
Frente al terror habido entre las ondas
ya desaparecidas en la nada,
la respuesta fue siempre ser espejo
de lo glauco de un cielo que reflejas.
Son las nubes paisajes de un grabado
antiguo cual los mapas de ciudades,
de esas mismas ciudades que se asoman
al destino fatal de tus celajes.
Todo es posible y al tiempo cuestionado
pues el silencio retorna todo rayo
y ese callar se expresa en elocuencia
devolviendo el discurso a los orígenes.
Hombres creen que pueden domeñarte,
mas sólo prestas caminos por un tiempo
para luego cerrarlos en estelas
que vuelven al abismo donde surgen.
Propicias vidas que al pronto se disipan
y por siempre acompañan las lecciones
que tu silencio da en aprendizaje
a quien escuche y afronte ese mutismo.
Toda la explicación es vana y simple:
espuma blanca formada y esparcida
sin violencia aparente mas dictada
por ley inapelable desde el fondo.
Apenas tienes si Rosa de los Vientos;
apenas tienes soles, siempre iguales
producen días y noches indistintos
como indistinto resulta lo creado.
Atiendo a la lección que ello nos brinda:
sólo el silencio es, sólo la nada
de que dicen las aguas misteriosas
que engullen hacia un polo en ti fundido.
© albertotrocóniz / 13
Texto: de “CARNET DE VIAJE”
Imagen: de "FOTOPINTURA"
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