a ver a Dios y presentar su caso:
<<¡Señor oh Dios, Tú que creas los mundos
escucha esta mi queja y haz justicia!;
tu servidor, esa estrella arrogante
llamada Sol, no ceja en perseguirme
por todas partes me pisa los talones
sin haber fin me escondo, corro y huyo
y así por siempre me sigue sin descanso
un día tras otro, ya de esto hace milenios;
permite pues que cese en mi carrera,
y con la luz pueda en paz convivirse.>>
<< No puede ser por mucho que yo sea
el amo de los días y las noches;
la luz soy yo, el sol le presta un cuerpo
y existe él, no tú que eres ausencia;
la ausencia no es, tan solo un “flatus vocis”
con que se nombra la falta de algo vivo,
y ya que al menos al cabo tienes nombre
ten gratitud a quien es causa de este
puesto que al fin su falta es tu presencia.>>
© albertotrocóniz / 13
Texto: de “RELATOS y CUENTOS”
Imagen: de "FOTOFILTRADA"
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