RELIGIÓN: NI CREENCIA NI CIENCIA, LA EVIDENCIA

La religión ¿es una asignatura?,

¿se puede evaluar como las otras?,

¿será mejor aquel que saque un nueve?,

y condenarse uno que la suspenda?; 

hoy como siempre se vuelve a errar el tiro 

por el gobierno metiendo las narices 

donde no debe: ni sabe, ni ve claro 

qué sea Religión y religiones

… sí, que una se escribe con mayúsculas 

y bastan las minúsculas a otras 

pues estas últimas responden a intereses 

y la primera a la visión interna 

… que nadie puede dar, sólo uno mismo

en investigación de la conciencia 

allí adentrándose librado de prejuicios 

sin forzar de antemano unas ideas 

que podrán ser muy “bonitas” o muy “útiles” 

desde un punto de vista sociológico 

y cultural o histórico, depende 

del área a la que uno pertenezca…

conocerlas va bien puesto que explican 

barbaridades de siglos cometidas 

por cuestiones de “fe” (también minúsculas)

en “guerras santas” de “está dios con nosotros”, 

y perseguir y torturar a herejes 

en dogmas consagrados como ciertos 

por “infalibles” papas o ayatolas

piezas claves a mantener estatus

y la ciencia impedir: oscurantismos,

promover obediencia y pleitesía,

dar contraejemplos de lo que se predica 

y emporcar la pureza de la fuente.

La original surgió de algún Maestro 

—llámese Buda, Moisés o Jesucristo—

que sí vivió ese algo que es sagrado 

y eleva al hombre en planos de conciencia 

y que lo transmitió con su mensaje 

de la única manera que es posible:

encarnando en él mismo la palabra 

que adquiere así la fuerza de evidencia

haciendo ver la Realidad (mayúsculas) 

que es en el fondo detrás de la apariencia,

y el destino final: la transcendencia 

de toda contingencia yendo al Todo.

Mas si un ciego pretende a otro guiarlo

los dos seguro que van a caer al hoyo 

cual siempre pasa: véase el panorama 

de escándalos que dan las “religiones”.

Por otra parte viendo lo positivo,

nadie aquí niega labor humanitaria 

de los casos eximios cual sea “Cáritas”,

ni fiestas agradables populares 

como las procesiones o “El Rocío”;

también suponen un freno o cortapisa 

útil a una moral de masas 

que en un estadio infantil se necesita 

como asimismo “la fe del carbonero”.

Mas todo ello refiere a la persona 

que es un concepto erróneo por sí mismo 

una equivocación, un mero engaño,

un espejismo basado en la memoria

en que nos alienamos con la idea 

de ser un yo distinto, un ente autónomo

que así se identifica con un cuerpo 

y cree nacer y teme luego muera;

necesita por tanto le aseguren 

una otra vida, mejor a ser posible,

donde prosiga en sus cosas y manías 

(el “summum” para algunos: entre huríes).

Y a cambio de promesa de algún cielo 

más contrapunto de inevitable infierno 

(por aquello del “palo y zanahoria”)

¡a obedecer ovejas y jumentos!

que eso pretenden de siempre los Estados:

conservadores con viejas religiones 

y progresistas con religiones nuevas:

"culturaloides", “buenismos”, largo etcétera…

En esta línea se presenta a la Ciencia
en plan salvífico como una panacea,
mas se demuestra que no es el instrumento
a acceder a otros planos de conciencia;

de religiones honro a los misticismos

(casi siempre marginados de ortodoxias):

Meister Eckhart, San Juan, Santa Teresa…

y las de otras tradiciones: el sufismo...

¿Consignas, mandamientos?; no ninguno:

pura investigación y visión propia,

eso se debería promover en los jóvenes;

cuando uno ve, la prueba es la evidencia.

Y ¿quién podrá educar?, solo un ser libre,

y ¿quién podrá ayudar?, solo aquí debe

aquel que esté a su vez libre de ayuda

mas no hay “mercado” que ofrezca este servicio;

limítese la ley a lo posible:

a dar la Historia que tiñen “religiones”
y conocer la base de culturas
y valorar sus fallos y sus logros.

Pero la Religión es lo sagrado
que cada uno ha de buscar más pronto o tarde
cuando sienta demanda de ir más lejos
ya harto de lo banal de la experiencia

y cuando surge profunda esa demanda

siempre aparece la necesaria guía
en la etapa interior que lo precisa
pues todo vibra acorde en la Conciencia

y el “Maestro Interior” siempre es Presencia.

© albertotrocóniz / 13

Texto: de “LA BÚSQUEDA INCESANTE”

Imagen: “Donde Dije Dije Digo Daga”,
de "FOTOFILTRADA"