—Rainer Maria Rilke—
El plazo del verano ha concluido;
se cumple la anunciada profecía:
el color cambia al ocre en la paleta
y un viento del oeste trae las nubes.
El gnomon del reloj cierne su espada
a unas luces solares que marchitan
y su sombra arrojada sobre el muro
marca el ritmo menguante de las horas.
Se mantienen en vides los postreros
granos cargados de grávidos dulzores
aún retenidos en pámpanos por gracia
que hace el Señor antes de la colecta.
Se convocan a lagares las uvas
y a los graneros las mieses del estío;
de la muerte todos somos llamados
en este tiempo donde a su festín cita.
No habrá realización para mostrarse
con la caída paulatina de los días:
quien aún no tenga casa no construye
su hogar hasta pasado el plazo.
El solitario lo será por más tiempo,
paseará y escribirá sus cartas…
las alamedas se cubrirán de hojas
que al pudrirse tendrán metamorfosis.
Mas tras el frío lapso del invierno
la joven primavera resurrecta
en nuevos soles traerá luego el verano
que una otra vez dé paso a este poema.
© albertotrocóniz / 12
Texto: de "POEMAS DEL GOZO Y DE LA SOMBRA"
… y en el tablero “POEMAS DEL GOZO Y DE LA SOMBRA”
https://albertotroconiz.blogspot.com.es/2012/09/otono.html
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