Uno de los motivos que me impulsan
a escribir este blog es la esperanza
de poder dar con él en otra vida
que me toque vivir en el futuro
y así el acervo de los conocimientos
que haya podido reunir en la presente
y han sido decantados de experiencias
acumuladas durante tantos años
con lágrimas, sudor y desengaño,
(también con alegría y con jolgorio),
luego llevadas al libro de bitácora
que compone este blog multi-temático,
no se pierdan del todo y recupere
al menos una parte de los mismos
no teniendo que comenzar de cero
descubriendo otra vez mediterráneos.
Por lo que al lado de temas filosóficos
y literarios que vengo desgranando
que están muy bien (no es porque yo lo diga,
que al fin y al cabo me han venido dictados)
hay unos cuantos que son de índole práctica
en tópicos ya más bajoventrales
—más en lo humano que esferas divinales—
y considero será de gran ayuda
el poder acceder a esos consejos.
Entre ellos hay uno que pretendo
hoy dejar en la Red para el futuro
aparte —claro está— que en el presente
pudiera todo el mundo aprovecharlo
aunque ya advierto, roza lo "escatológico".
Se trata de aquel modo que es correcto
—a mi entender— para evacuar las heces
que es cosa por demás que se descuida
—al menos aquí en nuestra cultura
occidental, no sé si en el oriente—
no prestándose atención al proceso
tan importante en la fisiología
de ritmo cotidiano recurrente.
¡Oh cúantas veces a solas en el váter
ojeamos las revistas o con móvil
estamos banalmente distraídos
haciendo poco caso del fenómeno,
o avergonzándonos a lo mejor del hecho
de haber sido capaces de tal cosa,
y aun recreándonos en nuestro propio aroma
temerosos nos pesquen "in fraganti "
eliminamos la prueba del delito
tirando presurosos de cadena.
Hay un proverbio del yoga en que se dice:
“Si comes come y si bebes bebe”;
quiere indicar que la atención lo es todo
en esta alquimia de incrementar conciencia
y transformar el denso plomo en oro;
dicho lo cual, aquí a aplicado al caso
sería pues: “si defecas, defeca”.
Expongo ahora el "modus operandi"
descubierto y ha poco puesto en práctica,
lo que adelanto es muy grata experiencia
de enormes beneficios potenciales:
bien sentaditos derechos en la "Roca"
(cual retrata Rodin al "pensieroso"
en un trasunto del catalán retrete
y/o "caganer" del llamado pesebre)
es conveniente que entrambos pies descansen
sobre escabel, banqueta o taburete,
o en su defecto quizás un par de libros
(no las obras completas de Mari-ano,
que no alcanzan en filo a un par folios,
mas por ejemplo dos guías telefónicas).
Hasta aquí la cosa es conocida
por recomendaciones numerosas
de médicos y fisioterapeutas
de hacerlo en posición recuerde al feto;
pero hoy iré allende el mero cuerpo
involucrando a la mente en el asunto
a que nos lleve al espíritu directo.
La posición que importa es de columna
que como digo ha de estar bien derecha;
pondremos la atención sobre ese eje
que va del ano hasta la coronilla
e iremos recorriendo virtualmente
tal camino desde abajo hacia arriba
y luego arriba-abajo por la espina
fijándonos en las respiraciones
que acompañen a las dilataciones.
Quien conozca un poco del Taoismo
ya adivina se trata de canales
a la energía sutil que el cuerpo tiene
(llamada "Ki" fluyente en "meridianos")
y aquel que esté versado con el Tantra
puede intuir se trata de los chakras
(del sahasrara bajando por sushuma
a conectarse con el mulhadara).
Prestamos atención en dirigiéndola:
a glándula pineal en coronilla,
a parte posterior de la garganta,
a la del pecho y luego del ombligo,
órganos sexuales, por fin ano;
aquí nos detendremos en sintiendo
el perímetro que circunda el esfínter
al que daremos vueltas mentalmente
con la atención puesta sobre tal círculo.
No tardará el bolo de las heces
en que quiera salir "por propios pasos":
no hay que forzar, tan sólo estar atentos
a este fenómeno que tiene vida propia
—como tiene todo órgano del cuerpo—
y puede hacerlo en uno o dos envites
quizá anunciados de algún heraldo eólico.
Mantengamos conectados por la espina
dicha apertura anal con coronilla:
veremos que recorre placentera
sensación muy parecida a orgasmo
(por supuesto sin emisión de semen)
que nos satura al cabo de endorfinas.
Este placer proviene de la próstata
—al caso de los hombres me refiero—
dado resulta así masajeada;
en lo que atañe a mujeres quizá sea
derivada del punto "G" o del clítoris
que tengan conexiones con el recto;
es tema a comprobar pues desconozco
cuáles sean aquí los pormenores.
El caso es que al poco salen heces
con energía y sin ningún esfuerzo
y hace exclamar —también sin proponérnoslo—
palabras incoherentes tipo "gibberish"
sorprendiéndonos con ancestral potencia
provenientes de allá, del bajo vientre;
hay que advertir del tema a familiares
no vayan a pensar pase "algo gordo"
(cuanto más gordo más gritos guturales).
El conjunto es asaz satisfactorio
e inunda de alegría la mañana:
conectamos de nuevo con el cuerpo,
esa mascota a veces descuidada
y que sufrida nos presta sus servicios
de por nosotros hacer "trabajos sucios",
y esto supone un premio merecido
en forma placenteros estertores.
Estoy seguro —habría que comprobarlo—
los efectos que tenga derivados
a prevenir ciertas enfermedades:
ya sea estreñimiento o diarrea,
cáncer de colon, o ese otro de la próstata,
incluso mal humor y/o negra bilis.
Aquí lo dejo, que cada cual elija
si es que el asunto resulta interesante
ponerlo en práctica y ver lo que sucede.
Para avanzar en el conocimiento
de este fenómeno el autor agradece
el recibir el "feedback" de usuarios
contando la experiencia acaecida
con matices que puedan presentarse
en las mil y un variantes del evento,
a ver si poco poco mejoramos
entre todos este hecho cotidiano
que tantas bendiciones potenciales
acarrea sin distinción de clases
y que además resultan gratuitas
una vez que se haya cotizado
por las viandas previamente ingeridas,
pues de momento luego nadie nos cobra
(salvo el agua, amén papel higiénico).
Es la atención la clave (o llave mágica)
que hemos de dirigir hacia el proceso
y veremos sus grandes beneficios
(luego extensibles a comida y/o al sexo).
Ya como colofón a lo que he dicho
me c……o en el "prusés" de Cata-la-uña
igual que lo hago en excusados "Roca".
© albertotrocóniz / 17
Texto de: “LA ESPUMA DE LOS DÍAS”
Imagen de: “FOTOFILTRADA”
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