lunes, 10 de noviembre de 2014

SOBRE EL MITO DE HEFAISTOS O VULCANO

Vulcano hijo de Júpiter y Juno
fuese al venir al mundo tan deforme 
que el padre horrorizado del feo feto
lo arrojó desde lo alto del Olimpo. 

Iba el celeste aborto dando tumbos 
durante largo tiempo por espacios 
cuando de torbellino en torbellino 
dio con sus huesos en la isla de Lemnos.

Suerte hubo de que sólo se rompiese 
una pierna a resultas de la caída;
mas aun privado de gracias exteriores 
lo compensaba Hefaistos con ingenio.

En la edad de pulsiones sexuales
y no habiendo ninguna chica a mano,
determinó el hacerse una a medida
(cabe así pues la duda ¿hija o amante?).

Con un poco de arcilla entre sus dedos
amasaría en base a escupitajos 
la primera mujer a quien dotase
de multitud de gracias y atractivos.

Los demás dioses quedaron admirados
y le dieron por nombre el de Pandora 
invitando a tan linda criatura 
a formar parte de olímpica asamblea.

Tras primeros encargos de ingeniero  
estableció dos fraguas o “altos hornos” 
bajo los montes de la isla de Lemnos;
trabajó en oro, plata, cobre y hierro.

Bajo su dirección se construyeron 
nuevos talleres en los antros de Lípari 
y en las cavernas que hay bajo el monte Etna
al tener gratis el subterráneo fuego. 

Allí operaba Vulcano con los cíclopes,
sus empleados, gigantes antropófagos 
de un sólo ojo en medio de la frente
pero de enorme fuerza como gruas.

Un día Juno, la madre de los dioses
envidiosa de la guapa Afrodita
—"mulier muliere lupa"—  hizo casara
con el dios feo y cojo que era Hefaistos

… un enano deforme impresentable
todo sucio de hollín de la herrería
donde fraguaba las armas a los dioses;
una pareja a todas luces chusca.

¿A quién puede extrañar que el matrimonio 
de un ser tan raro con Venus Afrodita 
diosa de la belleza y de lo armónico,
fuese un fracaso rotundo?, pues a nadie.

No tardaron otros en consolarla,
entre ellos Ares, digamos "macho alfa"
de aquella corte de dioses y de héroes:
el prototipo de la testosterona.

En la misma noche de sus bodas 
se refugió en el lecho de aquel cachas,
mas alertando Apolo al traicionado,
hizo una red que lanzó a los amantes.

Fuera escarmiento que nunca olvidarían 
expuestos a las risas de otros dioses 
en posición asaz comprometida
que así vengaba la afrenta de su frente
(ya después Marte asimismo luciría 
los cuernos implantados por Adonis).

Siguió Vulcano así dale que dale,
con su martillo pilón sobre los yunques 
sacando maravillas de talleres: 
cetro de Agamenón, collar de Hermione, 
casco de Aquiles, el escudo de Heracles...

y aunque feo y "manazas" con las chicas,
era un "manitas" el dios con cachivaches
© albertotrocóniz / 14
Texto: de “RITOS, MITOS, SÍMBOLOS”
Imagen: Interpretación de “La Fragua de Vulcano”
de “FOTOPINTURA”


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