Así dijo el maestro al caminante:
No puede estar muy lejos la Presencia
que es lo que eres, ocurra lo que ocurra;
tu verdadero ser es inmutable
frente a los cambios que son en contingencia.
Yo soy, yo soy, yo soy y soy por siempre
nunca afectado por hechos, buenos, malos,
pues soy allende todas experiencias
que aparecen en mi como en pantalla
en donde agitan imágenes diversas
tan sólo proyección de la conciencia
de la que adquieren toda su substancia;
el pensamiento las crea y las conoce
y asimismo a la postre las desecha;
lo que infundió temor en un momento
manifestándose cual siendo una serpiente
era tan sólo una inocente cuerda.
Ante la ola imponente en la tormenta
sumérgete por dentro al océano
de Energía, de Amor e Inteligencia
y pasará por cima no afectándote:
tú eres el mar, pacífico en los fondos,
no el oleaje crispado en superficie:
vive la paz por más que en la película
escenas terroríficas se muestren.
Pregúntate ante toda circunstancia:
¿quién la conoce?, ¿ante quién aparece?,
¿de qué está hecha sino de mi conciencia?;
descubrirás si sobre ello investigas
que es la Conciencia universal en todos;
y esa es la clave, ese es el argumento
a aquí vivir: el realizar la esencia
de todo objeto que es el puro sujeto,
el testigo inmutable: la Presencia.
© albertotrocóniz / 14
Texto de: “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: Ola Gigante, de “FOTOPINTURA”
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