¿El Toro de la Vega?, eso es muy zafio:
algo ancestral salido de la noche
y renovado en ritual por una tribu
muy similar a aquellos cazadores,
retrotrayéndose al hombre primitivo.
algo ancestral salido de la noche
y renovado en ritual por una tribu
muy similar a aquellos cazadores,
retrotrayéndose al hombre primitivo.
No hay nada aquí no sea de las sombras;
nada hay aquí donde brille el espíritu,
no se trasciende peso de la materia
en que redima lo violento en lo artístico,
pues no es Apolo en pugna con Dyonisos;
pues no es Apolo en pugna con Dyonisos;
más bien bacantes que en coro demenciado
persiguen y desmembran al morlaco
repartiéndoselo de testuz a testículos.
No es rejoneo donde el centauro rete
al Minotauro en un combate mítico
donde cabeza, belleza y pura fuerza
salgan triunfantes arriesgando en peligro;
ni mucho menos el rito en que se enfrentan
astado con torero a pie desnudo
y ante la mole la gracia como de ángel
incline hacia la luz el equilibrio.
¿El Toro de la Vega?: eso es muy zafio,
no hay heliomaquia que ilumine el camino;
sólo constato pura barbarie roma:
un paso atrás del plan evolutivo
a tiempos de prehistoria, así acosaban
la pieza de esta guisa cazadores,
mas desde entonces creo ha llovido mucho
y se supone que algo hemos recorrido.
Lo animal espera redimirse
a través del escalón por cima
que supone el estadio de lo humano,
y este a su vez arriba por lo angélico;
bajar la escala nos lleva hacia la fiera
con sus ciegas pulsiones inconscientes;
subir peldaños elimina entropía
y rescata materia en el espíritu.
Eso no quiere decir que no haya muerte;
la vida es un valor muy relativo
tal como se entiende comúnmente
(un poco “a lo Walt Disney” con buenismos).
"Si has de matar pues mata ¡oh tú pandaba!"
—dice ante la batalla Krishna a Arjuna—
en el fondo no hay muerte, todo es vida
en argumento de este juego de sombras:
unas son de animal, otras humanas,
otras angélicas que guían el camino.
En esa meta a más discernimiento
que lleve al desarrollo de conciencias
la solución no son inquisiciones
—que en todo caso prohibir quede prohibido—
mas si puedes ahorrar el sufrimiento…
¡No a la barbarie y sí al mito y al símbolo!.
© albertotrocóniz / 14
Texto: de “RITOS, MITOS, SÍMBOLOS”
Imagen: Pinturas Rupestres de KwaZulu Natal (Sudáfrica)
y "El Toro de la Vega"
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