¡Vírgenes del taller, gratas madonas!
que ofrecéis vuestros pechos como madres
o amantes de unos mundos más celestes
a tantos productores en lo autónomo
desde paredes (como soñaba el Vinci
de eflorescencias con nubes y paisajes
que la humedad provoca en el revoco)
colgando como diosas bendiciendo
a los trabajadores sudorosos.
Sois fuentes cual de almíbar en lo áspero
del quehacer cotidiano y fatigante
que les saca a esos hombres de sí mismos
y ofrecéis un retorno a lo sagrado,
a las fuentes secretas de la vida,
al antro maternal en donde el feto
mora feliz envuelto por lo cálido,
lo nutricio, lo amniótico, lo amnésico,
sin haber de poner en la balanza
contrapartida al plato: esfuerzo o sangre.
Así el varón que os mira en un resquicio
de su tarea en un fugaz momento,
es como si asomase a un huerto fresco
que le promete la dicha ya olvidada
de volver a morder frutos prohibidos,
pues aún no sois terribles como madres
de vaginas dentadas castradoras
que anteponen el hijo a este que gana
el pan y al poco tocados alma y cuerpo
con el paso del tiempo se degrada.
Doloso tiempo el de esa margarita
a la cual desfloran cotidiana
en pétalos ajados de las fechas
cayendo al suelo desde ese calendario;
… aunque en alzando un poco más la vista
divisan las de otrora, encandilados
por aquel rito que hace sentir el macho
que todavía oculto llevan dentro
que todavía oculto llevan dentro
cuando ella invita brindándole una sombra
donde descansen los fatigados pasos.
Viento de juventud abrís en muros
del taller donde colgáis cual vírgenes
¡oh muchachas de pechos abundosos
y sonrisa perpetua, sois divinas!
ya que hacéis de la vida eso debiera
siempre ser: feliz y no cambiante
como cambia la hoja en almanaque
que presidís burlandoos sí, del tiempo
como el tiempo es burlado con el coito
aun sea imaginario en sucedáneo
que parece ofrecerse en tal sirena
con su canto silente (y no el pitido
de aquella otra mecánica importuna
de inarmónicos sones, decibelios,
que no es de un tiempo sacro, mas profano).
Sois belleza en un rayo que perfora
la densidad del aire de la fábrica,
carlinga del camión, caseta de obra,
y hace que se respire más liviano,
recordando a los hombres que en la fiesta
humanos son, no piezas de engranaje
—viejo el dilema Apolíneo-Dionisiaco—
y que pulsa la vida por las venas
promoviendo un surgir fuera de límites
donde puedan sentir ser ellos mismos
cuando son esa fuerza que les rompe
cual rompe el mar rugiente en su potencia
impersonal, cuya belleza asusta.
No el retrato del prócer o del Cristo
necesitan para seguir andando,
sino el color que brinda el almanaque
en el papel couché —rol de acostado—
en el papel couché —rol de acostado—
en paraísos de playas y palmeras
con la muchacha de los senos ubérrimos
manando en leche y miel como la tierra
prometida al arduo caminante.
Eterno femenino que a lo ignoto
de la mano lleváis, hacia su alma,
al varón alejado de sí mismo
por un quehacer que aliena de las fuentes;
de ese ocio juvenil en donde un día
sentíase más ser con los amigos
de su clan cazador de la hembra joven
de su clan cazador de la hembra joven
en una comunión en que borrábanse
los limites castrantes pronto impuso
la sociedad, Estado, o la familia
promoviendo el paradigma odioso
de hombre sin-bólico y de mujer sin-tética.
Vosotras inspirais al inconsciente
pasión de lo viril que los transporta
como un viento que hinchase de repente
la vela de la nave y la hace alada
llevándola a las rocas en un vértigo
peligroso al fin como es la vida
que en contraste de muerte se valora
(más que si al cabo en un sillón de orejas
leyésemos burgueses el periódico
pasando así la tarde del domingo).
Si breves en el ver y asaz fugaces,
más fuerte es ese rayo que les llega
en vívido contraste a la penumbra
que expande con su niebla la costumbre
del quehacer maquinal en que amodorra
la chispa divinal originaria
… y así cual monje zen cuando las manos
abluciona, y al levantar la vista
capta fugaz por una grieta en muro
paisaje epifanía a lo sagrado
y con ello le alcanza al fin satori,
asimismo reunión de los contrarios
brindáis vosotras de imagen cuasi santa.
¡Acoged en vuestro seno a esos devotos
¡Acoged en vuestro seno a esos devotos
e interceded por ellos ante el fisco!.
© albertotrocóniz / 13
Texto: de “TALCO MOLO EO”
Imagen: “Chica y como Moto”
del “November 2012 Motorcycle Pin-up Calendar”
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sublime!!
ResponderEliminarGracias majo
Eliminarvaya un místico! me recuerdas a mí
ResponderEliminarEntre los pucheros anda el Señor
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