lunes, 10 de diciembre de 2012

FUNDAMENTO Y DEFENSA DE LAS MANCIAS

Pongo por caso: el Sol ¿sólo una bola
de gases y de fuego y magnetismo
que recorre en el vacío cual lanzada
“sin ton ni son” por un azar que es ciego
en mostrenca petanca sin sentido?;
¿absurdo a gran escala?: es demasiado
(“Dios no juega a los dados”, ya Einstein dijo).

La estrella de Belén fue supernova,
pero también el signo de algo grande;
lo que brilló en los cielos anunciaba
otra luz que aquí abajo aparecía
(y ambas guiaron más allá de la lógica
hacia una realidad desconocida).

Las configuraciones estelares
por lo alto de la bóveda en la noche
con danzas colosales de planetas
y luminarias: mutantes geometrías,
-coreografías que nunca son iguales-
desde arriba expresan voluntades
conexas a Belleza e Inteligencia
de la Unidad, que es la Voluntad misma.

Pues todo lo creado está conexo,
no hay nada de por sí que sea autónomo;
el todo es en la parte y el conjunto,
y así viendo los cielos se adivina
por el hombre, tras ellos, sus designios.

Lo dije en “post” sobre “casualidades”:
“Así es arriba como también abajo;
la parte es el trasunto de un gran todo,
mirando al uno se reconoce lo otro;
el microcosmos refleja el macrocosmos:
galaxia, ángel e insecto están unidos”.

Esto es el fundamento de las mancias:
en cartas del tarot o astrología,
en vuelo de las aves o las runas,
vara de zahorí, bola del péndulo,
esfera de cristal, palma de manos,
en los sueños y en las asociaciones,
en el “I Ching” (aquí una reverencia) …;
el arcano del hombre que consulta,
al naipe y al planeta corre unido.

Se le ha llamado “fatum”, “providencia”
o “destino”, o “sincronicidades”,
y esto es así en todo lugar y época;
sólo el hombre moderno prepotente
ha despreciado lo que otros más humildes
pero más sabios (el “sé que no sé nada”),
-razón más intuición- reconocían:
que todo es causa de una unidad viviente.

En pliegues de la mano se leía escrito
el decurso asignado a los eventos;
se escrutaban los cielos más propicios
para primeras piedras de edificios
y en entrañas de víctimas, auspicios
que orientasen comienzo de las guerras …

¿Casualidades o sincronicidades?,
¿“Tabula Smaragdina” o tabla “Excel”?,
¿razón “a palo seco” o impregnada
de misterio, belleza, poesía …?;
la “inteligencia emocional” se necesita
para no disecar la mariposa
en unos fríos álbumes sin vida;

(vuelva de Goethe esa línea científica;
en tal “cuadro de honor” también figuran 
la pléyade de astrónomos-astrólogos,
o la de químicos que fueron alquimistas,
entre ellos caso insigne de Newton,
o el mismo Jung en la psicología …)

Nuestras mentes precisan dar el salto
hacía otras realidades más arcanas;
atendamos mensajes que nos llegan
de otros niveles que apenas conocemos
(guardémonos también de charlatanes
discriminando el grano de la paja);
¡seamos nosotros mismos nuestro arúspice!:
desarrollemos la intuición, la evidencia
que desorbita la pura razón fría.

“Horacio -decía Hamlet- hay más cosas,
en los cielos y tierra -sí, hay más cosas-
de las que sueña tu filosofía”.


© albertotrocóniz / 12
Texto de: “CONEXIÓN CELESTE”

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