por qué ha de retenerme una promesa?
(del Fausto, J.W. Goethe)
Se ordena en las Sagradas Escrituras
donde el Libro Levítico establece
un año jubilar cada cincuenta,
y en "Shekinah" —periodo de pureza—
se cumpla acorde a ella mandamiento
de perdonar las deudas contraídas
por una vez en siete veces siete:
“borrón y cuenta nueva”, todo a cero
empezando ya “limpios de pecados”
que lastran el futuro en hipoteca.
Tal costumbre de antiguo conocida
como la del “Jubileo de la Deuda”,
fue como esos mandamientos “religiosos”
que razones muy prácticas encierran:
las de poder vitalizar la economía,
si no estancada por empobrecimiento
de grandes masas incapaces de consumo
y esclavizadas por agobiantes préstamos.
Hay una ley —esta vez matemática—
que establece que al discurrir el tiempo
la riqueza va a parar a pocas manos
la riqueza va a parar a pocas manos
por intereses que generan los créditos
que es algo escandaloso, antinatura,
se sale de razón y de la lógica,
eso aparte de cuestiones morales:
casi toda “religión” prohibió la usura.
Se acaba por quebrar los fundamentos
del sistema que así “se lo ha montado”;
tal situación la vemos hoy en día
bajo unas cargas del todo insostenibles
tanto a un nivel global como privado;
pongo por caso: cada español que nace
no trae ya un pan en su haber bajo el brazo,
sino que es debe ¡y en dieciséis mil euros!.
En “Times Square” hay un reloj que marca
de manera obsesiva a quien lo observa
el discurrir, aquí no ya del tiempo,
sino de deuda que acumula el Estado;
parezca nada pueda detenerlo
y es fascinante el ver saltar los dígitos:
una “bicoca” si en el lado “correcto”
beneficiado por ley inexorable
de los réditos al interés compuesto.
Es aberrante el obligar a tantos
a volverse a endeudar a pagar deudas:
una espiral diabólica creciente
que tiene su final en sumidero;
tal es hoy día la situación dañina
de de la crisis vigente en nuestro mundo
de la cual no saldremos como dicen
ni con austeridad ni crecimiento,
pues no es algo coyuntural, es básico,
engranado en la raíz misma del sistema
abocado en esta senda al precipicio
y a destrucción en varias formas (¿guerras?).
Lo cual no es nuevo: la destrucción masiva
que periódicamente ha sucedido
tiene entre otras, una razón profunda
que es hacer “tabla rasa” en el "estatus";
así se explica el hecho inexplicable
(merecen tesis, sin duda, estos efectos)
de que la depresión económica se “cure”
"gracias" —en tantas veces— a la guerra.
Y han pasado desde el “cuarenta y cinco”
más de la cuenta los consabidos años
siendo aparente que ya se necesita
ese perdón o purga de las deudas;
pero ¡atención, debe ser para todos,
no tan sólo para unos cuantos "caras"
que (en griego) dicen querer vivir del cuento.
Si es que hay perdón, algo en lo alto sonríe:
será el júbilo en cielos y en la tierra;
si purga amarga “metida por el culo”,
no preocuparse, también obra el efecto.
No se puede avanzar contra natura,
y ya se sabe, lo expresa el viejo adagio:
y ya se sabe, lo expresa el viejo adagio:
“quien no aprende por el discernimiento
habrá de hacerlo a través del sufrimiento”
lo cual también es ley inexorable
que al ser de orden moral rige a lo físico
así en lo individual como en lo colectivo
("globalizado" alcanza al orbe entero).
¿“Empeñados” en “nuestros trece” en necio?,
¿o en el trece seremos quizás sabios?
("globalizado" alcanza al orbe entero).
¿“Empeñados” en “nuestros trece” en necio?,
¿o en el trece seremos quizás sabios?
(esto escribí entrando en 2013
y hasta hoy día seguimos peor que estábamos).
© albertotrocóniz / 12
Texto: de “TAL COMO LO VEO”
Imagen: de "FOTOFILTRADA"
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