Narro aquí cuentos zapaterinos
(por no decir también luciferinos)
que me ha tocado vivir inesperados
y que hacen sospechar que a estos objetos
fabricados seguramente en China
bajo una marca inglesa respetable
ha llegado obsolescencia programada;
son dos pares de Clarks; fueron comprados
hace tres años en una tienda cara
de Oxford Street, en su nación de origen (?),
unos color marrón, los otros negros;
esos colores son los de mi experiencia.
EL PAR MARRÓN: MAÑANA DE NEGOCIOS*
Salgo de casa al metro Herrera Oria;
al bajar por la escalera mecánica
siento algo raro que ocurre en el zapato,
es el izquierdo (son Clarks casi no usados);
miro y veo que la suela ha partido
a la altura de unión con talonera :-(
la cosa pienso no habrá de ir a mayores
y prosigo hasta Núñez de Balboa.
Al salir de esa estación aumenta
la sensación incómoda en la zona;
atisbo y veo que ya el tacón se ha abierto
y sobresale en los flancos la plantilla. :-(O)
A duras penas (pisando de puntillas)
consigo al fin llegar a la oficina
donde estaba citado de un cliente
aunque ofreciendo una imagen lamentable,
realmente "chusca" en tales circunstancias,
pues el zapato parecía un pececillo
cual si tuviera dos aletas caudales.
Por fortuna la amable secretaria
me proporciona algo de cinta aislante,
y uno el talón al resto del zapato, :-r
también por dentro al pie (por consistencia);
remiendo con que pienso (erróneamente)
seré capaz de regresar a casa
dado el poco recorrido por delante.
Pero al llegar a la boca de metro
y a pesar no haber andado mucho,
veo que el drama, si cabe, se acentúa:
ahora es la suela la que se ha desprendido
de manera sorpresiva parcialmente; :-(
bien, me parezco a Charlot, no tengo opciones
… ¡mientras que ésta bajo mi pie resista!.
Así que cojo el metro a Herrera Oria
(lo de "cojo" también por impedido)
pero a medida que bajo en escaleras
noto que la abertura va "in crescendo"… :-((
llego a destino, ahora toca subirlas
cuando ¡horror!, ¡compruebo/veo/siento
que el compañero, el zapato derecho,
comienza a andar los pasos del izquierdo! :-(O)
siendo esta vez su suela la que inicia
en desprenderse de forma inapelable. :-(((
“No hay tu tía”, he de seguir andando,
llegar a casa (unos seiscientos metros)
mas no habré recorrido unos ochenta
cuando el zapato izquierdo (a mala idea)
se abre como una flor mostrando el fruto :-(O)
y expulsando hacia fuera la plantilla
divorciados ya tacón y suela :-(((
Tiro plantilla y como puedo uno,
utilizando cordones del derecho,
suela a la parte de arriba del empeine;
mas como al poco se afloja, necesito
repetir dicho procedimiento
sentándome en bordillo de la acera
y ofreciendo una imagen de tal guisa
que sólo falta extender una mano,
y seguro que alguna viejecita
habría dado apiadada una moneda. :-)
Mas se ve que la "reacción en cadena"
no tenia fin —estaba escrito—
y un centenar de metros más p'alante
se desprenden al unísono ambas suelas
¡y mi talón izquierdo muerde el suelo!. :-(((
Así que al paso de una papelería
compro un rollo de “cello” (de los anchos)
y "momifico" con ello ambos zapatos
esperando recorrer (a paso lento)
el trecho que aún me queda para meta. :-r
Contemplando el estado lamentable
que ofrecen mis zapatos cuando llego
reflexiono sobre lo acaecido:
solo ha hecho falta recorrer dos kilómetros
para que hayan pasado de estar nuevos
—al menos de por fuera en apariencia—
¡a destrucción total e irreparable!. :-(
Bueno me dije, ha habido "mala pata",
son de esas cosas que casi nunca ocurren;
quizá haya sido objeto de un mal de ojo
de alguna bella celosa despechada,
o al sin querer haya pisado un ácido…
Mas infeliz, al cabo poco tiempo
volví a "tener la negra" con el caso
de…
EL PAR NEGRO: UNA NOCHE DE JUERGA
Me llaman amigachos a invitarme
para una despedida de soltero:
ir a cenar y luego a un bailoteo
digo “muy bien, recogedme en la esquina
mas no tardéis pues hace mala noche”. :-)
Me pongo un par de Clarks que tengo negros
que casi no he usado desde compra;
ya había olvidado desgraciada aventura
habida con el par de los marrones,
aunque sí he de decir que al cepillarlos
noté una mancha verde por la suela… :-¿
Desechando ideas de gafancia
bajé yo tan contento hasta la calle
y di, de arriba abajo por la acera,
un paseíto esperando que viniesen
a recogerme tal como había quedado; :-))
mas "el hombre propone y Dios dispone”…
Notar se desintegran los zapatos
bajo tus pies y eso literalmente;
volver a recordar lo del mal de ojo,
dudar si habrás pisado alguna mina
antipersona o que el microchip chino
haya marcado ya su obsolescencia. :-(O)
Ambas suelas desprenden del empeine
de forma sorpresiva ineluctable;
siento el frío calando en calcetines
en la noche invernal y helado asfalto,
trato de "a trancas y a barrancas"
volver sobre mis pasos hacia casa
procurando evitar cacas de perro,
esputos y/o meadas muy "Carmena". :-((
Y acordarse del jodío fabricante
que ha arruinado una hermosa velada
en compañía de amigotes, chicas…
yo arrastrando los pies como un anélido
a una velocidad cual de gastrópodo
con sola idea de llegar a puerto
cuando por contra debiera estar cenando
invitado a gloriosa mariscada
para luego ir a bailar en discoteca :-[
… se me pone la "carne de gallina"
sólo pensar me hubiera sucedido
tal accidente en medio de la danza:
¡yo y mi poco prestigio por los suelos!. :-(((
MORALEJA: MORA CERCA
Deprimido telefoneo a "compis"
y del jolgorio excuso mi presencia;
dedico lo que queda de la noche,
tomándome una pizza y coca-cola,
a navegar las redes a ordenata
por si encontrase explicación al hecho.
Este asunto sin duda clama al cielo:
¿fui un pazguato al comprar esos zapatos?;
¿seré yo gafe, o puede no sea el único?;
me meto en Facebook, veo que allí un amigo
relata una experiencia parecida
de un par también y de esa misma marca
desintegrados al igual que los míos. :-[
Abro el Google en busca de otros casos
y allí aparecen más quejas de afectados;
leo sus historias con dejes de amargura
algunas son dramáticas, otras cómicas;
también entiendo que no se ha respondido
de manera adecuada a compradores
por parte de la casa fabricante
(que ya no dudo en llamar de “tuercebotas”)
remitiendo por siempre a sus franquicias
… hago las cuentas: como los compré en Londres
no parece vaya ser muy buen negocio;
además según tengo entendido
que "se quitan las moscas" como pueden. :-(
La disculpa habitual que ellos esgrimen
es que ha pasado el plazo en garantía;
de nada vale decir que los zapatos
han estado en sus hormas todo el tiempo
tan sólo puestos muy de vez en cuando,
salvo ocasiones usados raramente;
se conoce que el chip que esconde oculto
marca el tiempo pasado desde compra
y no atiende a razones de desgaste. :-o
Si todavía a alguno quedan ganas
de adquirir un par de susodichos,
aconsejo se lleven día y noche
para poder amortizar el gasto
dándoles trote con un intenso uso
y que llegado ese día fatídico
próximo a los tres años de su compra,
no fiándose del posible buen aspecto
se den ya por perdidos y retiren
… o se regalen en día de inocentes :-)
a alguien no haya de huir de un bombardeo,
o asistir a una "mani" o bien "marea";
aun recomiendo encarecidamente
—dado que creo que pagan comisiones—
a infantería separata catalana
que los adquiera (no compran españoles)
en vez de paletez de la espardeña.