Un otro año cumple hoy el natalicio
(1500, en la ciudad de Gante)
(1500, en la ciudad de Gante)
que diese al mundo ese hombre sorprendente
en que encarnó una época en charnela
de transición del tardo medioevo
a la modernidad renacentista.
Puso en sus manos todo el poder el sino:
la España unificada, Países Bajos,
territorios austriacos, media Italia
y "como guinda" el plus de un Nuevo Mundo…
y "como guinda" el plus de un Nuevo Mundo…
Fuera gran drama no de ello aprovecharse
(visto el asunto hoy día en clave práctica);
pues fue su afán vivir los ideales
ya obsoletos y ya periclitados
que profesaba el honor caballeresco
sufragándolo de ingentes oro y plata
en vez de cimentar la economía
(¿qué hubiesen hecho la Ingalaterra y Francia?).
Dio él en buscar ese ideal platónico
de la unidad de fe bajo el Imperio
con diferentes reinos europeos,
con diferentes reinos europeos,
con vastedad de tierras descubiertas
e inmensas leguas por medio en todo ello
e inmensas leguas por medio en todo ello
… para lo cual dio en arruinarse en guerras,
para lo cual minar salud del cuerpo,
para lo cual el desengaño en alma
(no el menor de los mismos fue perdiese
a Isabel, la esposa que adoraba).
Tuvo contestación de todo tipo:
del enemigo inveterado, el turco,
más plaga de piratas berberiscos;
de ambiciosos en tierra de las Indias,
más plaga de piratas berberiscos;
de ambiciosos en tierra de las Indias,
de los rivales políticos cristianos
en su apoyo traicionero a la herejía
nacida dentro el seno de la Iglesia;
y lo más doloroso: el mismo Papa.
Ante su gesta al cabo sólo cabe
—disculpando el fracaso inevitable—
reconocer tamaño empeño heroico
de ese postrer paladín de idealismo
(aunque al final hiciese daño a España
abocándola a sendas de extremismos).
Con su retiro rendido por fatigas
y con su muerte tras breve tiempo en Yuste
—gran ironía, picado de un mosquito
aquel que fuese un Júpiter en guerras—
aquel que fuese un Júpiter en guerras—
acaban sí, al fin y para siempre,
al menos como objeto del Estado,
al menos como objeto del Estado,
los ideales de la Caballería
… que algo después Cervantes reviviese
con ficción novelada en el contraste
de un Don Quijote admirable en su ridículo
frente un tiempo ya nuevo: Sancho Panza.
© albertotrocóniz / 16
Texto: de “LA TORRE DEL HOMENAJE”
Imagen: “Carlos en Mühlberg”
de “FOTOPINTURA”
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