Según rueda de prensa celebrada
hoy 2016, febrero once,
se ha dado a conocer al mundo entero
comprobación en un experimento
sofisticado, de alta tecnología,
algo teóricamente establecido
por Albert Einstein hace ya casi un siglo
en su Teoría General Relativista.
El tiempo y el espacio según esta,
es urdimbre cual en malla estirada
que se deforma en presencia de masas
(como una hamaca soportando mi peso);
más se deforma cuanto ello mayor sea,
si alguna otra se acerca más pequeña
(por ejemplo mis gafas en la hamaca)
queda atrapada en alabeo de grande
y va hacia ella y así las dos se juntan
y ello parezca atribuible a alguna fuerza.
A una escala mayor si un meteorito
se acerca hasta el asiento de una estrella,
esta lo engulle al hoyo en que reside
y dependiendo de la velocidad que lleve,
o bien choca con ella, o bien la orbita.
A eso decimos “fuerza gravitatoria”
pero no existe la tal llamada fuerza,
sino tan sólo un camino geométrico
dentro de un campo sembrado por las masas.
La materia le impone a espacio-tiempo
una deformación en geometría
y ésta le dicta después a la materia
el modo en que deba de moverse.
Una gran masa distorsiona el tejido
en gran medida y una masa pequeña
por supuesto que asimismo lo altera
aunque lo haga en un infinitésimo;
hasta una mosca lo lleva a ella asociado
e incluso lo traslada con sus vuelos.
Sigamos a la mosca ilustrativa
—aunque ahora sea sacada de contexto—
para explicar ondas que se producen
por la deformación de espacio-tiempo:
si acaso cae en una telaraña
y allí se agita tratando de zafarse,
ello pandea el tejido de la trampa,
produce vibraciones y da aviso
de presencia apetitosa a doña araña.
Ahora nosotros en un experimento
que ha resultado ya por fin exitoso
—habida cuenta de lo difícil que era—
hemos obrado igualitos que la araña
pudiendo detectar los estertores
de cuerpos muy distantes agitándose.
De esta manera los agujeros negros
—objetos más masivos que hay en cosmos—
al interactuar y fusionarse
producen vibraciones en la urdimbre
de espacio-tiempo como ondas de un estanque
que viajan desde ellos difundiéndose.
Cuenta la cosa por millones de años
—aproximadamente 1.300—
a una enorme distancia de la Tierra
—los mismos años-luz precisamente—
dos agujeros negros colisionan,
mas mucho antes, acaso por milenios,
ambos fueron rodeándose uno a otro
aumentando rapidez en cada órbita
acercándose cada vez más entre ambos
en una especie de danza de la muerte
previa al encuentro que en uno los fundiera.
Los danzarines cada uno treinta veces
masa de nuestro Sol, empero ágiles
se mueven uno alrededor del otro
como patinadores enlazados
con rapidez creciente fabulosa
y al hacerlo distorsionan la urdimbre
poniéndola a vibrar cual fuese parche
del atambor inmenso espacio-tiempo;
cuando ya cerca, a millones de kilómetros,
más aceleran llegándose al extremo
de alcanzar casi casi la que es máxima
velocidad de la luz, la insuperable.
Esa danza espiral libra hacia fuera
un monto de energía fabulosa;
la malla espacio-tiempo desfigura
y en la fracción del segundo que les lleva
finalmente a fundirse en uno solo,
entrambos emiten energía
más de cien veces superior a las estrellas,
sí, a todas las estrellas que hay en cosmos.
Después del coito las cosas se calmaron
y el espacio volvió a su ser tranquilo
mas los saltos producidos en el lecho
se propagaron en todas direcciones.
Aquí en la Tierra mientras fragor llegaba
surgieron dinosaurios, se extinguieron,
luego después, hace 50.000 años
cuando esa onda alcanzó la Vía Láctea;
aquí “homo sapiens” reemplaza a neanderthales
… hoy en el siglo XXI tras de Cristo,
14 de Septiembre 2015,
luego cien años de haber sido predichas
por Albert Einstein el genio visionario,
al fin llegasen y han sido detectadas
con un sofisticado aparamenta
midiendo alteración por dos caminos
de rayos láser en un interferómetro.
Es mente humana en pos de lo divino,
en el afán de descifrar mensaje
del misterio con que retan los cielos
a criaturas que miran asombradas
y exprimen la razón para explicárselo;
un paso más que demos en la ciencia
con salto a la intuición desde la lógica
y encontraremos la realidad palmaria
en que el espacio-tiempo se reduce
en el aquí-y-ahora a la Presencia.
Pues en verdad no hay tiempo ni hay espacio,
no existen ni el pasado ni el futuro;
en realidad no hay distancias enormes
ni conos de la luz que nos limiten;
todo es aquí y todo es el instante,
en creación atemporal y atópica:
la luz de la conciencia escribe el mundo
y lo presenta como un juguete arcano
para que descubramos cúal sus reglas.
Mero entretenimiento a no aburrirse
durante los eones que esto dure;
en cualquier caso hay en el laberinto
una salida inmediata que podemos
tomar cuando estemos cansados
de esta broma si pesada resulta.
La escapatoria es hacia la Conciencia:
morar en ella incólume y eterno
tan sólo espectador de la película
de imágenes cambiantes que propicio
a causa de mi ser, yo la pantalla.
Nos acecha la oculta maravilla;
yo soy la creación y determino
todo posible cosmos y universo;
no hablo aquí de "personas" por supuesto,
sino de realidad de lo que somos
debajo de aceptadas apariencias
… pues sí, en efecto, eres el Dios ¡despierta!.
© albertotrocóniz / 16
Texto: de “APUNTES CIENTÍFICOS”
Imagen: “Danza Macabra de Agujeros Negros”
de "FOTOFILTRADA"
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