Puro sujeto, a-sí habla la Conciencia:
Soy el sustrato de todo lo viviente,
soy el espacio vacío que es sin tiempo
donde tiene lugar el espectáculo
de los diversos mundos y universos.
Yo no me muevo ni jamás me he movido
un ápice siquiera, todo ha sido
es y será en mí pues lo soporto
como soporta pantalla a las imágenes.
Cambia tu perspectiva como cuando
asistes a una función de cine
o de teatro y al pronto te das cuenta
de que no estás inmerso en el relato
… sino detrás sentado en la butaca
y pones desde ti, desde tu fondo:
amor, temor, desengaño, esperanza,
risa, rencores, ilusiones, lágrimas…
que las imágenes de fuera han suscitado
mas no eran más que unas sombras chinescas
sin realidad, la realidad tú pones
y das tu esencia a ese universo efímero.
Podrás reír o llorar con tales bromas,
podrás gozar o sufrir con esa trama,
mas nada ocurre en verdad, tú sólo eres
y en cuanto te retiras todo acaba.
De igual manera en vida cotidiana
—en ambas de vigilia y la del sueño—
todo resulta estímulos externos
que la Conciencia presenta ante sí misma
… sin ninguna razón tan sólo el juego
en que Dios se complace disfrazándose
en miríadas de formas muy distintas
como aquellas del cine en la pantalla
… para volver al cabo a reencontrarse
como unidad inmutable a todas ellas
tras de haber exhibido y expresado
la Energía, el Amor, la Inteligencia.
…
A descubrirte como el fondo que eres
retira pensamientos por un lapso,
retira la emoción, las percepciones
morando en el silencio, sé silencio…
y cuando poco a poco en él te afirmes,
serás silente en medio la batalla,
sólo silencio en derrota o victoria,
e indiferente a pérdida o ganancia
verás que muerte pierde todo sentido…
pues sí, en efecto ¡eres el dios, despierta!.
© albertotrocóniz / 15
Texto de: “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Espectador”,
de “FOTOFILTRADA”
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