martes, 7 de julio de 2015

PALANCA, PALANQUÍN Y PALANQUETA

"Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo"
Arquímedes


Para juzgar sobre el asunto griego
conviene conocer todos los datos;
no aquellos que manejan los políticos
de cara a sus votantes con engaños,
si no más bien el fondo verdadero.

De una parte dan cortinas de humo
de "el pueblo", del "orgullo", el referéndum
(valiente orgullo, será el del guante blanco),
lo de "la cuna de la democracia"…

por otra, indignación justificada
de los contribuyentes europeos
que se ven trabajando para vagos
que a mayor "inri" se ríen en sus caras;

y hay ultimátums, amenazas, amagos
que nunca llegan por cierto a ser cumplidos
será por algo, uno aquí se pregunta
ante negociación interminable.

Vemos del iceberg sólo la punta
pero la verdadera mole es sumergida;
sí, hay algo oscuro que se mantiene oculto
(es un escándalo demasiado peligroso);
a mi entender el verdadero asunto
de la siguiente forma se plantea:

Grecia debe al resto de los socios
350.000 millones de euros
formalizada en deuda soberana
y adquirida por los bancos y países;
España está entre uno de ellos
(gracias sean dadas a insigne majadero,
al de la economía de dos tardes,
a José Luis Rodríguez Zapatero).

Esta cuantía aun siendo en sí muy grande
—todo hay que verlo de forma relativa—
tampoco es tan desorbitada
que no pueda expulsarse a ese moroso
(España por ejemplo tiene el triple
e Italia aproximadamente el óctuplo
si bien es cierto que a trancas van pagando
o por mejor decir refinanciándose).

El verdadero meollo del asunto
es que la deuda se encuentra apalancada
10 veces, 1.000 —apenas si se sabe—
pues sobre ella se montan derivados,
ese maligno producto financiero
(los mismos que llevaron a esta crisis
en la que hoy día aún nos encontramos)
y que es como apostar a la ruleta.

Es un gigante con los pies de barro
y estos soportan su descomunal peso
y si algo falla, aunque sea por poco,
todo se viene abajo con estruendo.

Sería la ruina total de grandes bancos
y de estados enteros europeos,
y como todo está relacionado,
arrastraría al resto del planeta.

Esto lo saben los puñeteros griegos
y así por tanto juegan al chantaje;
saben muy bien que no pueden echarlos
ni dejarlos caer en su sistema
aunque este sea de lo más aberrante
pues se derrumba el castillo de naipes.

¿Hay que aguantar por tanto a tales "jetas"?,
si ellos fuesen los únicos se podría
el reprimir darles patada en culo,
mas el asunto anejo del problema
es el ejemplo que tal promovería
en países como Italia o como España
que seguirían por esa senda fácil
derivada del chantaje a derivados.

Apalancados por centenar de veces
se estima que el conjunto de los mismos
es 10 veces el PIB de todo el mundo
y no es cuestión que eso se ponga en riesgo;
se aprovechan del tema los tahures
que todo tiburón tiene sus rémoras.

He aquí el dilema que al cabo se plantea:
no se les puede echar pues forman parte
en la base del sistema financiero
(que es un circo de avaros y dementes
donde el enano sostiene al elefante);

pero también se impone un escarmiento
a que otros países no los sigan
en el atajo a intentar vivir del cuento
(los de Podemos aquí lo intentarían).

"Viajar en palanquín con palanqueta"
sería consigna por muchos a adoptarse
y ello tan sólo se consiente a una parte:
precisamente a mafia financiera.

Difícil elección y paradoja
digna de una de esas de los griegos.




© albertotrocóniz / 15
Texto: de “TAL COMO LO VEO”
Imagen: "Varoufakis Haciendo la Peineta"
de “FOTOFILTRADA”



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