Aquí en Europa, por supuesto en España, también cocemos habas, calderadas, en cuanto a gastos espurios a chiringos de todo tipo: los del clima climático, los feministas de algunas desquiciadas, de percepción de género a la carta, y un largo etcétera de basura ideológica.
Yendo de anécdota a la categoría, está cambiando el mundo el paquidermo: el paradigma woke y globalista tenido como dogma en los últimos lustros consagrando agenda 20-30 "no tendréis nada pero seréis felices", el pacto verde, el del cambio del clima antropogénico, el "vengan todos" diluyendo fronteras en un buenismo romo insostenible, la sinrazón de leyes para idiotas, el boicot a fuentes productivas con dependencia de otras superpotencias,… a más de inquisición y de censura a quien levante la voz contra esa trágala.
Pues bien, todo eso como loza inservible y polvorienta lanzada por los aires se hace añicos contra el suelo, el durísimo suelo del sentido común recuperado. Algunos lloran por el ajuar perdido, pero otros muchos la cosa celebramos (incluso incluso con el saludo ibérico) estos albores de una nueva época que, por la ley del péndulo, hacia el extremo opuesto se encamina.
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