Aquellas perroflautas separatas
al chico le llamaban "el madero";
mas no en connotaciones policiales
—cosa que aún no habían descubierto—
sino más bien por rígida textura
que presentaba el chorvo en su instrumento.
Gozó el maromo de gran predicamento
—él era un "cachas entre las cachalotas"—
e incluso algunas propusieron casamiento.
Menuda polvareda se montado
a cuenta de esos polvos de extranjero.
La Generalidad exige se investigue
si usaron catalán en aullamientos.
Por parte de jumentas podemitas
surgen las dudas si fue con-sentimiento.
Por parte del gobierno a Marlaskita
"le pone” la ocasión de conocerlo.
Yo por mi parte propongo una medalla
por tanto sacrificio y sufrimiento
… a más a más: ¡¡¡él CUPo por los túneles!!!
#infiltrado
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