¿Qué alternativa le queda a Pedro Sánchez
tras la gestión horrísona que ha hecho
con la epidemia del puto virus chino,
y luego a más, marrón que se avecina
de crisis económica y pobreza,
el paro por millones y el descrédito?.
A las primeras de cambio en elecciones
es previsible derrota apoteósica
que mandará por mucho tiempo al PSOE
unido a socios espurios podemitas
junto con él al tacho de basura
como justa revancha de los muertos.
Sin contar los cientos de demandas
que podrían dar con huesos en la cárcel
aparte indemnizar con patrimonio
a aquellos familiares de las víctimas
que al unísono se lanzarán a saco.
Y lo más doloroso del asunto:
el no poder fardar "soy presidente"
con pérdida del sillón y de prebendas,
símbolos de poder del que él es yonqui
con mono insoportable de abstinencia.
Así pues la huida hacia delante
es la única salida que le queda
para evitar que todo aquello ocurra
afianzándose en un poder omnimodo
a modo república bananera.
Mas para ello se hace preciso un pacto
con un mentor que le guíe en la ruta
de la que tenga teoría y experiencia;
lo habéis adivinado: es "el Coletas"
con currículum en varias dictaduras:
Cuba, Irán, Bolivia, Venezuela…
La tentación es grande, todo o nada:
bien seguir en senda hacia el desastre
cuando al cabo mejoren circunstancias,
o procurar que todo se empeore
para erigirse en salvador de patria.
Si consagrado en dictador perpetuo
será él quien "la tenga más larga"
con el dedo mirífico que obre
esa magia de realizar deseos
a mayor gloria —inmensa— de su ego;
así pues lo firmará con sangre
—la de él no, la de los otros muertos—
asociándose al mismísimo diablo;
papeles cotidianos le gestiona
su Cojuelo, feliz en la intendencia.
Ya saborea a bordo de su Falcon
en vuelo (innecesario) hacia un guateque
exquisito menú de cinco estrellas
mientras dicta sobre vidas y haciendas
sin el control del Parlamento o jueces:
"Detente, pues, momento eres tan bello".
Nunca lo hubiera dicho que en el pacto
se establecía en la letra pequeña
causa de rescisión estar contento;
mucho me temo que ha sonado la hora
en que el demonio lo arroje al precipicio
quedándose como amo del cotarro
y en vez de Pedro, mejor Pablo Botero
quien regente en España los infiernos.
