martes, 20 de febrero de 2018

VIVIR EN TIO-VIVO / MUERTO


Nadie nace, nadie muere, esa es la verdad del cuento;
aunque hayamos asumido como un hecho claro y cierto
que ha nacido fulanito y Don Mengano se ha muerto
transmitido por los padres, familiares, el colegio…
y aceptándolo de oídas hemos tragado el anzuelo
origen de los problemas, causa del padecimiento.

Sí, apariencias corroboran el que haya surgido un cuerpo
con un cerebro, una mente que le otorga pensamientos,
lo que después de avatares de alegría y sufrimiento,
de experiencias buenas, malas, de amores y desencuentros,
de ilusiones, desengaños, de salud, decaimiento…
ese objeto desgastado llega a un final donde es yerto.

Luego en mil reencarnaciones se renueva el coche viejo
por uno que menos falle (por lo menos al comienzo)
y así dure unos añitos a volver al cementerio
¿de automóviles?, no sólo: de logros y de proyectos;
y luego dale que dale otra vez a un nacimiento
en carcasa niño o niña, … o en animal, ¿un jumento?.

Mas no soy yo ese amasijo de piel, de carne, de huesos;
ni soy tampoco el conjunto de ideas y de conceptos
que han venido a mí de pronto sin comerlo ni beberlo
tomándolos como míos y arrogándome el invento;
tampoco soy mis acciones, mis temores y deseos:
todo el paquete caótico a quien doy nombre de Alberto.

Tal parece caballito ese que nos lleva puestos
en galopada sin fin con sube-y-baja siniestro
en vueltas al tiovivo, repitiéndose el proceso
hasta que no lo veamos y de él nos descabalguemos
dirigiéndonos al punto que carece de momento:
ni más ni menos que el eje, inmóvil, ubicuo, eterno.

Allí soy sólo Conciencia testigo de todo ello
que contempla el espectáculo desapegado, en silencio
como lo hace la pantalla en cualesquier argumento,
y esa Conciencia no muere, ni nace, ni ha movimiento;
ni es materia ni energía, fuera está de espacio y tiempo…
que ella crea a hacer posible todo el entretenimiento.




© albertotrocóniz / 18
Texto: de “LA BÚSQUEDA INCESANTE
Imagen: Tiovivo
de “DIBUJO Y PINTURA”
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