que inunda en todo yo se hace el silencio
propicio a contemplar, a ser sin tiempo
y en el instante gustar el fruto eterno.
En todo enmudecer, ser como barca
flotando en el oleaje de la dicha
y nada requerir, todo es perfecto
en la contemplación de lo absoluto.
¿Cuál fue el inicio, cuál el disparadero?
quiere mente indagar (los viejos hábitos);
fuera aquí acaso un poema compartido
lo que vertiese en el alma su tósigo.
Lo cierto es que no existe causa alguna:
el Ser se expresa en dicha que es su esencia
sin cortapisas que aquí la mente imponga
y cierre así al gozo las esclusas.
Y estando atento a mantenerse en ámbito,
esforzarse a escribir líneas que sean
“Hilo de Ariadna” a alguno o a mí mismo
en tiempo de inquietud, cuando ello asalte.
Por ahora soy felicidad incólume
en el aspecto que se expresa en belleza
y rompe límites de líneas fronterizas
que en torno al pensamiento de nosotros
la idea de persona erige terca.
No admite tal la Belleza infinita:
todo soy yo y es puro amor y júbilo
que aunque en principio a sí mismo se baste,
quisiera desbordar, que a otros alcance
… si es que acaso pudiera hablarse de otros,
pues lo único que es es pura dicha:
dicha completa.
© albertotrocóniz / 16
Texto: de “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Barca en el Lago”
de “FOTOPINTURA”
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