La base del pensar y en consecuencia
del actuar para la amplia mayoría
de las gentes de todas las culturas
hoy por hoy resulta el paradigma
aceptado por todos desde siempre
del actuar para la amplia mayoría
de las gentes de todas las culturas
hoy por hoy resulta el paradigma
aceptado por todos desde siempre
al que doy en llamar de "Cajas Chinas".
Este se basa en la idea de "persona",
consistente en que existe un universo
con galaxias, estrellas y planetas
y dentro de ello se encierran cuerpos físicos
con cerebros más o menos complejos
que en algunos producen pensamientos
… de ser objetos dentro de "Cajas Chinas".
Un ser pues, personal y separado
del resto de otros seres y del mundo,
y de Dios (la idea que de él tenga);
con lo que llamo "yo" por siempre en lucha
frente a los otros (también conmigo mismo)
para prevalecer en competencia.
Todo ello se asume como axioma
indiscutible y nunca puesto en duda
indiscutible y nunca puesto en duda
ya que es inoculado en todas partes
por los siglos a niños por sus padres,
familiares, amigos, en la escuela,
en iglesias, mezquitas, sinagogas...
siendo la base de todas las culturas
y las así llamadas religiones
y además sancionado por la Ciencia
que no cuestiona de entrada esta premisa.
El "pecado original" se perpetúa:
una vez aceptado el axioma
de un ente personal y que ha nacido
en un cuerpo sujeto a contingencia:
la vida en más se vive cual carencia
con su contrapartida en los deseos
para soñar aquello que nos falta
(pues intuimos que hay una vida plena).
También está el temor pueda perderse
todo lo conseguido acumulado:
la salud, los afectos, la fortuna,
el estatus social, conocimientos…
y así el mayor desastre que es posible
concebirse para esa tal persona
concebirse para esa tal persona
es que acabe con muerte inevitable.
Y aquí intervienen esas ideologías
que consuelan con una transcendencia
bien sea religiosa, social, política
prometiendo a la persona pervivencia
de una manera u otra en cielos varios:
ya sea entre los santos, entre huríes,
o en plan materialista en este mundo
en la memoria del pueblo agradecida,
en una referencia, en una lápida…
Sin embargo yo digo*: todo es falso
en su origen, es decir la persona;
no es una realidad, es un concepto
que no resiste el análisis profundo
si uno se toma la molestia de verlo.
La Conciencia —aquello que comprende
estas líneas escritas, que conoce;
el último reducto de evidencia—
es el puro sujeto al que no alcanza
ninguna ciencia (sólo adecuada a objetos);
nada puede pensarse ni decirse,
sólo vivirlo y por lo tanto serlo.
sólo vivirlo y por lo tanto serlo.
No hay forma de probar de tal manera
que la conciencia (que soporta el conjunto
de percepción, sentimiento y pensamiento)
sea algo individual e intransferible
que derive de un cuerpo y de una mente.
De aquí por ende tampoco sea posible
probar que la conciencia sea infinita,
que sea impersonal, común a todos,
no sujeta a los cuerpos ni a las mentes,
sin principio ni fin, eterna, ubicua.
Así pues, si estás interesado
(esta cuestión es la más importante)
en saber cúal es la verdadera
entre las dos hipótesis posibles:
la conciencia finita o infinita
lo que procede es un experimento
y decidir según los resultados.
Dado que ya hemos favorecido
durante largo tiempo lo primero,
es decir la idea de persona
(sufriendo de rondón las consecuencias
del deseo, del temor y de la muerte),
parece justo que al menos por un tiempo
tratemos de aceptar sea la otra hipótesis.
Dale oportunidad a la conciencia
de ser lo que es, no las limitaciones
habituales —pudieran ser prejuicios—
mantén el “como si” de una Conciencia
(aquí ya la escribo con mayúsculas)
que sea impersonal, ilimitada,
de la que todo al cabo se deriva,
no sujeta a espacio, tiempo, muerte
… y veamos que pasa en los efectos
que ello pueda tener pasado un plazo
corto, medio o largo, ello depende
del grado de visión que se mantenga
tanto en lo externo como en vivencia interna
(aquí adelanto que esperan maravillas).
Y ahora un ejemplo que pueda aclarar algo
respecto a la actitud recomendada:
supongamos que alguien te dice “tonto”;
en el primer supuesto habitualmente
reaccionarías, pues la cosa te enfada,
con “y tú más” (quizás yendo a mayores).
Si te mantienes en la segunda hipótesis
de la conciencia universal y única
enfrentado a esa misma circunstancia
caes en la cuenta que es tan sólo una parte
de la conciencia diciendo a la otra “tonto”
y entonces aparece como un juego
perdiendo así todo su dramatismo
ya que en el fondo nada está amenazado:
todo es el YO que juega al escondite.
De esta manera iremos poco a poco
integrándonos en la unidad que somos
reconociéndonos en todo el universo,
en todo lo que existe, vive y late
como el "Yo Soy" único e indiviso
como el "Yo Soy" único e indiviso
y la paz y el amor de ello resulta;
no la guerra perpetua contra aquello
que amenaza nuestro personajillo.
Pero ¡atención! esto no significa
que en el juego no haya de vez en cuando
que enfrentarse con todas nuestras fuerzas,
con discriminación y con afecto
a los así llamados enemigos
al punto si es preciso en machacarlos:
sea al ladrón que viene a nuestra casa,
al político corrupto impresentable,
o por ejemplo el caso que hoy en día
se presenta con el “Estado Islámico”
Resumiendo y contestando a una pregunta
planteada a raíz de esto por amigos:
Insisto en que los seres "no tienen" conciencias;
es la Conciencia la que tiene a los seres.
La Conciencia no tiene un fin, es acausada
siendo causa de todos universos.
En reposo es Silencio y es Presencia
cual se vive en el sueño profundo;
en movimiento crea ficciones de los mundos.
en movimiento crea ficciones de los mundos.
Ficciones dentro el sueño con ensueños
(con la ilusión del tiempo y del espacio
que es el germen de todo pensamiento)
y que después perfecciona el engaño
en la vigilia (donde añade materia),
buscándose a sí misma en los mil seres
—el amor es la unidad de base—
con lo que llamas "conciencia" (aquí en minúscula).
De la Conciencia no puedes decir nada
—lo expresado sólo es dedo que apunta—
pues no es algo abarcable por lenguaje
(la poesía se acerca balbuciente),
ni tampoco es objeto de la ciencia
que sólo puede tratar con los objetos.
No es un objeto más, manipulable;
es el puro sujeto que conoce,
es esa maravilla inexplicable
—sea lo que sea— de estas líneas consciente.
Tal ha de ser, entiendo, el paradigma
que nos guíe en el camino a transcendencia
—que por ponerle un nombre (aun no se pueda)
sería la "Unidad Aquí-y-Ahora"—
para sustitución del rancio y viejo
(por más que aún por siglos se mantenga)
—que por ponerle un nombre (aun no se pueda)
sería la "Unidad Aquí-y-Ahora"—
para sustitución del rancio y viejo
(por más que aún por siglos se mantenga)
al que puede llamarse en "Cajas Chinas"
que en una última encierra a la persona
atrapada en temores y deseos
que en una última encierra a la persona
atrapada en temores y deseos
dentro en la trampa del espacio y del tiempo.
Y aunque parezca a algunos quede mucho,
si has comprendido se espera tu respuesta
… pues sí, en efecto eres el dios, ¡despierta!.
© albertotrocóniz / 15
Texto de: “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Cajas China's”,
de “FOTOFILTRADA”
* No sólo yo, es base del Advaita;
ver por ejemplo en Sri Nisargadatta,
Jean Klein, Francis Lucille, Rupert Spira
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