que se acercaba a paso quedo y lento
y tras ella las flores se agostaban
y todo ser viviente caía yerto.
En un amplio vaivén rauda blandía
su afilada guadaña de gran hoja
cual creciente lunar que refulgía
a la luz del ocaso, ¿o quizá aurora?.
De toda edad hombres, mujeres, niños,
torres, ciudades, animales y plantas,
peces del mar o pájaros del aire
eran cual mieses prontas a ser segadas.
Papas, emperadores y mendigos
en su presencia postraban suplicantes,
en su presencia postraban suplicantes,
mas no su lloro amargo detenía
la arena del reloj amenazante.
A los suelos de bruces devastado
nada al fin libraba de caída
nada al fin libraba de caída
y al poco de tornarse cuerpo inerte
un mover putrefacto le bullía.
En lontananza, tras hubiera pasado,
me pareció despuntase la vida:
de aquella tierra negra de gusanos
mil mariposas aladas ahí surgían.
mil mariposas aladas ahí surgían.
Vino hacia mí el espectro encapuchado
que imaginé mujer embarazada;
ello a pesar de oscuro mirar hueco
en monda calavera que asomaba.
Me envolvió un frío mortal, todo se hundía
bajo mis pies cayendo en un abismo
cuando, ¡oh sorpresa bendita inesperada!,
di en un túnel de luz y la figura
era un ángel que hermoso me besaba.
© albertotrocóniz / 13
Texto: de "POEMAS DEL SÍMBOLO”
Imagen: del Tarot “La Muerte”
Otros “Posts” del “Blog” relacionados
en el Tablero “EN CÓDICE DE MANCIAS”
No hay comentarios:
Publicar un comentario