La planta del maíz ya ha madurado;
tras de cosecha comienzan los festejos:
trasiegan aguardiente en gran jolgorio
las mujeres agitándose el cabello
y andan sirviendo al gentío ya excitado
por los próximos eventos que se esperan.
Van guerreros con tocados emplumados
con pinturas por la faz y por el torso
a sentarse cabe el fuego en grandes corros
compartiendo calaveras en que beben
el fermento del grano; chocan cuencos.
El destino que aguarda es conocido
para aquellos que caen sus prisioneros:
o como carne para la antropofagia
o como ofrenda para el sacrificio
que hoy habrá en abundancia por la fiesta.
Hace ya algunos años a otra tribu
enemiga en victoriosa escaramuza
a una niña pequeña capturaron
mantenida con cuidados y con mimos;
la cambiaron su nombre por Xalaquia,
es decir "la que va envuelta en arena".
A la esclava Xalaquia han enseñado
pormenores del papel conforme al rito
ensayando una y mil veces todo gesto
hasta hoy, el gran día presentido.
Va con galas y con joyas revestida
a la cruenta liturgia que la espera:
luce el cuerpo en color embadurnado
gualda y ocre dado el ˝rol˝ que representa.
Todo es baile y frenesí que nunca cesa
hasta horas extenuantes en la noche;
llega el alba y el chamán y mandatarios
van con ella a bailar macabras danzas.
Luego suben en cortejo a la pirámide,
remontando fatigantes escaleras;
ya en lo alto la desnudan y colocan
sobre altar que hay tallado en fría piedra.
La sujetan corifeos por los brazos,
otros dos la sujetan por las piernas:
queda el tronco como en arco propiciando
que obsidiana del chamán le raje el pecho;
borbotones de la sangre se recogen
por canales del granito en palanganas.
Hábil gesto de su diestra cual en zarpa
va y le arranca el corazón que palpitante
lleva al cielo a vista del populacho
en ofrenda a deidad del maíz a que retorne
otro año más y florezca la cosecha.
Gran clamor acoge el rito renovado
mientras rueda dando tumbos pobre cuerpo
arrojado por la escala de pirámide:
tinto en sangre se reviste así de polvo
hasta dar en guiñapo por los suelos:
el color rojo es la muerte que la cubre
el dorado es el maíz que da la vida:
tal Xalaquia, en el rito bailarina;
tal su nombre: "la que va envuelta en arena".
© albertotrocóniz / 17
Texto: de “POEMAS DEL RITO”
Imagen: de “MUSEO”
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