domingo, 2 de agosto de 2015

RONDA NOCTURNA IMPONE SU SILENCIO

En sala abigarrada en Rijksmuseum
donde contemplo el magnífico cuadro
"Ronda Nocturna" del genial pintor Rembrandt
siento el silencio: pugna por expresarse.

Ni el tema de la escena que se narra
—bullicioso paseo de soldados—
ni la masa que está tomando fotos
y/o leyendo catálogos de plástico,
ni l@s guías que explican pormenores
—siempre triviales, lejanos a la esencia—
parezca que propicien el silencio
que se transmite en toda obra maestra.

Mas poco a poco manteniéndose atento
a eso que hay tras todas apariencias
(pido a mi hijo también que colabore:
"si dos o más…" se incrementa la fuerza)
por un segundo todo el ámbito acalla:
la epifanía al fin se hace posible
y el mensaje del cuadro halla su cauce
que no es otro que transmitir silencio
(el cual es para todos, aun sea en germen).

Hacer silencio en los cuerpos y mentes;
que pare al cabo todo pensamiento,
toda noción, por erudita sea:
coleccionismos de cosas y de ideas,
las proyecciones que imponen nuestros egos…

Que pare todo y abiertos al abismo
de lo inefable, de lo no previsible
sintamos el espíritu que sopla
"Espíritu que sopla donde quiere"
y en obra de arte lo hace con privilegio.

No depende del tema ni el formato;
sólo si está tocado por el Arte
la conexión al Ser es efectiva:
sea religioso o escena cotidiana,
ocupe un fresco o sólo un garabato.

Unos metros más allá con otro cuadro
ahora pequeño (50 x 50)
y de asunto mundano "La Lechera"
de otro grande abridor de estos canales
Vermeer van Delft —del "club" de los benditos—
repetimos la experiencia mencionada
que vuelve a darse en chorro de silencio:
aquí y ahora, asombro y reverencia.



© albertotrocóniz / 15
Texto: de “CUADERNO DE ARTE
Imagen:  "Ronda Nocturna en Rijksmuseum" 
de "FOTOPINTURA"


Otros enlaces “Posts”-relacionados
en el Tablero “CUADERNO DE ARTE Y DE ARQUITECTURA”

No hay comentarios:

Publicar un comentario