jueves, 27 de agosto de 2015

ZURBARÁN: LO MEJOR Y LO PEOR DE CRUCES / CARAS

Cristo muerto en la cruz —el impactante
cuadro de Zurbarán que ahora contemplo
en esta exposición que hay en el Thyssen—
preside en su silencio galería;
la hierática forma es casi un leño
de austero cromatismo en tonos pardos
tan sólo en contrapunto iluminada
sobre ropajes blancos por sus pliegues

… similares a los del "San Serapio"
de claro-oscuro asaz impresionante
también martirizado ya silente
y ocultas las heridas bajo el manto.

Pues ¡viva Zurbarán!, ¡viva la muerte!
en contraste con vida más pujante
latiendo terrenal en su paleta
aunque no fuese el tema preferente;

¡qué gran pintor tan parco con motivos
de una pintura amable, cotidiana
que retratase los modos de las gentes
(salvo en el refectorio del convento)
cual en la misma época se hacía en Flandes!.

Las vasijas, las tazas, los pucheros
donde la arcilla es materia viviente,
la intimidad de objetos, su presencia
más veraz que los ángeles y santos
en escenas barrocas impostadas,
conceptos sólo, juguetes de la mente
por siempre viejos y con olor a rancio.

Cabezas de los monjes tonsurados
enfatizan mentira en la persona
—toda persona es una gran mentira—
mejor los hábitos, las texturas del lino,
las luces resbalando por los pliegues,
los capuchones, panes y calavera
en un silencio que es del todo elocuente;

peor la seducción de voluntades
con griteríos por demás estridentes
en ámbito de obscuras sacristías:
apariciones, las misas milagrosas,
halos de purpurina, apoteósis…

Es su materia la que transmite espíritu,
no los conceptos de "santa propaganda"
objeto de consumo y pago al peso
por clientela de conventos e iglesias
de olor a cirio y de sotana raída.

Mejor lugar si filtran los efluvios
desde un pequeño patio perfumado:
sus luces, su frescor, llamando a vida;
el jarro con el agua que a los labios
brinda su gozo en medio de canícula;
jarrita con el vino, casi, casi,
un pecado de gusto deleitoso;
la urdimbre de los cestos con limones,
un corderillo de lana algodonosa
los ropajes, las tijeras, el libro…

Pero no aquellos tópicos de vírgenes,
de santos o beatos que enarbolan
sus cruces cual espadas a las almas
envueltos en harapos y en jirones
en "guerras santas" de la Contrarreforma.

Mucho mejor aquellas telas caras
que tanto juego dan en cromatismos,
pintadas con primor en el detalle,
vistas por él en tiempos de la infancia
dentro de arcones del padre comerciante.

Bajo ellas lucen las bellas señoritas
de la alta sociedad; es de buen tono
aquí en Sevilla, la vanguardia de España,
hacerse retratar como una mártir
por Zurbarán, ese pintor de moda.

San Serapio cadáver cuelga enfrente
en silencio … silencio es el mensaje. 



© albertotrocóniz / 15
Texto: de “CUADERNO DE ARTE”
Imagen: “San Serapio” (1628)
de Francisco de Zurbarán (1598-1664) 


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jueves, 20 de agosto de 2015

EL HIJO PRÓDIGO

"Harto de la pitanza de los cerdos
retornaré de nuevo hacia mi casa;
dilapidé insensato mi fortuna
malbaratando la herencia de mi padre.

¡Qué loco fui cuando abandoné el reino
en afán insensato de haber goces!,
de llenarme de placeres mundanales
que una vez alcanzados disipábanse
dejando al cabo tan sólo una amargura
sólo para pensar que quizás otros
colmasen ya por siempre mi vacío.

Mas siempre igual la historia repetida
del espejismo y en él darse de bruces
para saciar de un agua inexistente
esta sed de infinito que me quema.

¡Qué necio fui, retornaré a mi casa!
e iré de incógnito allí entre los criados;
mil veces mil, vive cualquiera de ellos
mejor que yo hozando esta pocilga.

Pues no me atrevo a presentarme al padre
y tener que confesarle mis pecados,
que ya una vez le di grande disgusto
cuando alejeme ingrato de su lado
para otra vez de nuevo atormentarle
con mi vivir como piltrafa humana”.

Diciendo así se puso de camino;
después de días y noches inclementes
al fin llegó a las lindes de los campos;
salieron perros ladrando al extranjero
y los pastores lo alejaban con hondas,
mas de repente vieron que aquellos canes
se le acercaban y le reconocían.

Contó su historia a sirvientes y fámulos,
luego rogó que no le delataran;
él viviría como uno más entre ellos,
sería feliz si en esto consentían.

Y así pasaron tal vez algunos días
pero no pudo ocultarse mucho tiempo
al sentimiento íntimo de su padre:
su corazón latía con el pálpito
de que aquel que añoraba estaba cerca.

Un día al fin llamó hasta su presencia
al nuevo criado, su corazón sabía,
a pesar del disfraz y los estragos,
ese quién era y así corrió a abrazarlo,
le revistió del propio manto púrpura
e hizo gran fiesta a que todos celebrasen
el retorno del hijo vuelto a casa.



© albertotrocóniz / 15
Texto: de “POEMAS DEL AMOR SAGRADO”
Imagen: “Regreso del Hijo Pródigo” de B.E. Murillo (1668)
en la National Gallery, Washington
de “MUSEO”


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lunes, 10 de agosto de 2015

CUAL EN RELOJ DE ARENA


Frente al lecho de muerte del anciano
puedo ver cómo agita el remolino
de última arena que inquieta se dirige
hacia el temido centro del pocillo

… para desembocar después de un túnel
en nuevo ámbito más amplio y luminoso
que acumula los granos hasta un punto
en que el otro ya cesa en su goteo.

Y ahora una mano extraña de por fuera,
con brusco movimiento inesperado
invierte la carrera y nuevamente
en otra caída ciega precipita.

Frente a la cuna del recién nacido
puedo ver el montoncito intacto
de la arena que llena el recipiente
por un instante, y ya al otro se vierte…

¡cuánta alegría al comienzo en deslizarse!,
aunque al principio apenas sin notarlo;
luego es más rápido y cada vez más rápido
al punto inexorable que allí espera.

¿Qué ávida mano agita el instrumento?,
¿quién puso dentro los granos compañeros?,
¿quién lo ideó, quién construyó su trípode?,
¿quién está al tanto para dar el volteo?.

 Arcano de cristal esos dos mundos
unidos cual gemelos, aun opuestos,
en que para que uno de ellos viva
el otro muera de modo alternativo.

Se prestan un tesoro caído en dunas
de arenas de oro dejando allá vacío 
el otro vaso por cima ya desierto,
ya puro espacio, ya pura transparencia.

Pues el vacío es lo único que puede
acoger abierto y receptivo
el grano fecundante impredecible
que perpetúe en espiral el movimiento.

Como arena la vida precipita
hacia el escape al que llamamos muerte
siendo puerta de entrada a nueva vida
y repite su ciclo eternamente
pautado el tiempo que acota su medida.

¿Quién da esas vueltas de nacimiento y muerte?;
¿son quizás caras de una misma moneda?,
¿dónde estoy yo en el extraño invento?,
¿acaso polvo que por dentro se vierte
en un tinglado de vidrio y de madera?,
¿soy yo la mano que al cabo lo voltea?…

Arena es la persona hecha de ideas:
las de aquellas de ser un cuerpo-mente;
el vaso circunstancias que moldean
su caminar, siempre a un único punto;
la mano que lo mueve tal tu karma
que necesita andar nuevos senderos

… pero yo no soy nada de eso.

Yo soy vacío que toda forma acoge
en su decurso con devenir de eones;
produce el artilugio el pensamiento
que crea los mundos en el espacio-tiempo.

Soy más allá, soy la pura Conciencia,
(aquello que es de estas líneas consciente);
soy el observador perenne, inmóvil
que mora intacto en el aquí y ahora.

¡Pues sí en efecto, tú eres el dios, despierta!.





© albertotrocóniz / 15
Texto de: “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Reloj de Arena”,
de “FOTOPINTURA”

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miércoles, 5 de agosto de 2015

CATEDRAL DE COLONIA VENCE AL TIEMPO


Terrible la hecatombe se despliega
en todo al rededor de sacra mole
salvada por milagro de la suerte
corrida por ciudad bombardeada.

Respetaron pilotos las agujas 
que en la noche sin luz eran el hito
a orientar sus vuelos de la muerte
y así quedaron en nexo de la vida

… hoy su río me trae hasta este punto 
a visitar la herencia de los siglos 
en obra del amor, la inteligencia
y energía imbuida en piedra por espíritu.

Enorme barco de quillas invertidas
hendiendo cielos, navegando los siglos;
múltiples mástiles pétreos los pilares
en mar de aire que acoge el gran vacío:

inunda por resquicios, flota, sube,
rodea en todas partes a los hombres
que impotentes recorren por debajo
tomados de tan alta maravilla.

En peregrinación hacia tu pecio
inadvertidos del riesgo penetraron
la estrecha boca cual Jonás en ballena
que deglutió los ojos para siempre.

¿Cómo podrá la vida ser la misma
después de la experiencia de este encuentro?;
en los fondos marinos de tal bosque,
yo náufrago anegado de belleza.

Me interno por la selva, doy en claro
de algún círculo mágico en floresta
transido de la luz que el centro alcanza
filtrada en el espectro por vitrales.

Figuras esmaltadas me reciben
e invitan se descifre su mensaje:
coloreados naipes en arcano
que a no dudar describen mi destino.

Enorme factoría del espíritu,
inmensa maquinaria de las almas,
mercado de intercambio con los ángeles;
torres como trompetas de su Hossana.

Exceso en dimensión de las alturas:
el dominio del vértigo es la clave
que coronarse un día el Opus Magnum
en obra de romanos superada.

Signar la piedra con marca de cantero
con todas letras de la palabra “PUEDO”;
como un áncora, como una espada firme
que corta el tiempo, el devenir de siglos
en silencio, … silencio es tu legado.





© albertotrocóniz / 15
Texto: de “CUADERNO DE ARTE”
Imagen: “Catedral de Colonia tras la Guerra” 
de “FOTOFILTRADA”
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martes, 4 de agosto de 2015

AMOR TÁCTIL EN PLENA PLAZA PÚBLICA

Era don Pitas Payas un pintor de Bretaña,
casó con mujer joven que amaba la compaña…
No abandones tu dama, no dejes que esté quieta,
siempre requieren uso mujer, molino y huerta…
Dijo don Pitas Payas: Dueña de la hermosura,
yo volo en vuestro cuerpo pintar una figura
para que ella os impida hacer cualquier locura.
Contestó: Monseñer, haced vuestra mesura…
(Libro del Buen Amor)


Vagaba errante esquivando bicicletas
un servidor en la ciudad de Amsterdam;
celebraban allí por esas fechas
su fiesta gay en medio un gran jolgorio
y atestaban las calles "perro-flautas"
bajo nubes de marihuana densas.

Se hizo el sol de repente entre aquel humo:
como una diosa “pop” tú apareciste
subida a un pedestal en la amplia plaza,
desnudo el cuerpo, mas pintarrajeado
con los colores que luce el arco iris
(quiero creer que era por el evento
y no por que tu rollo fuese de ser lesbiana).

Se congregaron cual obrado de ensalmo
adoradores múltiples en torno
predominantemente allá iban machos
de toda edad: mozos, hombres, ancianos;
muchos turistas —entre ellos me contaba—
quizá ya hartos un tanto de museos
agradecíamos esa belleza viva
que en un cuerpo tan joven se mostraba.

Nos acercamos; por un pequeño óbolo
recaudado de artista, un "Jackson Pollock"
con la potra de haberte como lienzo,
permitía el acceso a la madona
para hacerse con ella allí (la foto).

Tú virgen protectora (o no tan virgen)
en comprensión infinita sonreías
a aquellos "fieles" que se te arrimaban
y rodeabas con torneados brazos
cual de serpiente en Árbol de la Ciencia,
cuello y hombros cansados del viajero
tan fatigados por mochilas y cámaras.

Cumpliendo el rito yo me acerqué temblando
pues siempre impone el cuerpo de una chica
que a sí te atrae e invita a recogerse
con sonrisa divina (aun mercenaria)
asiendo por el talle (no manchaba)
con tan a mano el culete perfecto
(que había visto aproximando el caso),
cabe los pechos pintados en dianas.

Dos bellos blancos, si bien coloreados,
puntos de mira a pulsiones salaces
de Acteones en densa selva urbana
para adorarte ¡oh Diana cazadora!,
y a aquellas piezas que por tu vera pasan
ofreciéndote tú como señuelo
en calipigia asaz coloreada

… al turista masculino que te atisba
como antes muchas veces ha admirado
los desnudos en cuadros y en estatuas
en el ámbito estéril de museos;
pero aquí se trataba de otra cosa:
de carne viva, tan tersa y palpitante
imbuida en la energía de su aura
comulgante con la tuya estando próxima.

Me emocionó fuese en colores patrios
una tetilla que era en queso de bola,
y ya se sabe, cuando lejos se añora
contacto maternal con seno ubérrimo;
otro en contraste como enorme ciruela
o manzana a morder en paraíso
quizá era el postre servido en gama ciánica.

Flechado el corazón en un instante
sentía el ánimo subir enardecido
haciendo disparasen sueños lúbricos
cuales produce de cerca una hembra joven
que está desnuda, más si cabe tintada
en colorines chillones esplendentes
como diosa de templos que hubo en Grecia.

Ya después supe —no quisieron los hados—
que yo también podría haber aplicado
previo pago tasado de su importe
cual es costumbre en tierras del hereje
—ya no mera moneda mas billete—
colores a lo largo de tu cuerpo;
sinceramente, no me habría importado
el recorrer tus curvas con pigmentos
hasta llegar a algún "prohibido el paso".

Chica lista (además de estar muy buena);
una pequeña fortuna había en la caja,
mientras que Batman, o un Payaso envidioso;
la misma Muerte con capucha y guadaña,
para hacerse la foto de recuerdo
apenas se "comieron una rosca".

Toda esa tarde la pasé obsesionado
por las sabias cuestiones que Carmena
plantease oportuna en Vaticano
sobre causas por cuales jovenzuelos
se preguntan razones de "ir de putas"
y solución en "cultura de cuidados";
sea lo que fuese me figuraba en cielos
de siete esferas que eran quesos de bola.

Ya anochecido en otro tour turístico
por "Barrio Rojo" mis ojos te buscaron
por las vitrinas inmersa en luz de neón,
mas he de confesar que inútilmente.

Al cabo un rato te divisé en terraza
gastando las ganancias con el chorvo
que te pintase por ahí todos los días
como en nueva versión del "Pitas Payas";
no sólo Rembrandt o Vermeer da la Holanda.



© albertotrocóniz / 15
Texto: de “LA ESPUMA DE LOS DÍAS”
Imagen: “Turista cabe Holandesa”
de “FOTOFILTRADA”.

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domingo, 2 de agosto de 2015

RONDA NOCTURNA IMPONE SU SILENCIO

En sala abigarrada en Rijksmuseum
donde contemplo el magnífico cuadro
"Ronda Nocturna" del genial pintor Rembrandt
siento el silencio: pugna por expresarse.

Ni el tema de la escena que se narra
—bullicioso paseo de soldados—
ni la masa que está tomando fotos
y/o leyendo catálogos de plástico,
ni l@s guías que explican pormenores
—siempre triviales, lejanos a la esencia—
parezca que propicien el silencio
que se transmite en toda obra maestra.

Mas poco a poco manteniéndose atento
a eso que hay tras todas apariencias
(pido a mi hijo también que colabore:
"si dos o más…" se incrementa la fuerza)
por un segundo todo el ámbito acalla:
la epifanía al fin se hace posible
y el mensaje del cuadro halla su cauce
que no es otro que transmitir silencio
(el cual es para todos, aun sea en germen).

Hacer silencio en los cuerpos y mentes;
que pare al cabo todo pensamiento,
toda noción, por erudita sea:
coleccionismos de cosas y de ideas,
las proyecciones que imponen nuestros egos…

Que pare todo y abiertos al abismo
de lo inefable, de lo no previsible
sintamos el espíritu que sopla
"Espíritu que sopla donde quiere"
y en obra de arte lo hace con privilegio.

No depende del tema ni el formato;
sólo si está tocado por el Arte
la conexión al Ser es efectiva:
sea religioso o escena cotidiana,
ocupe un fresco o sólo un garabato.

Unos metros más allá con otro cuadro
ahora pequeño (50 x 50)
y de asunto mundano "La Lechera"
de otro grande abridor de estos canales
Vermeer van Delft —del "club" de los benditos—
repetimos la experiencia mencionada
que vuelve a darse en chorro de silencio:
aquí y ahora, asombro y reverencia.



© albertotrocóniz / 15
Texto: de “CUADERNO DE ARTE
Imagen:  "Ronda Nocturna en Rijksmuseum" 
de "FOTOPINTURA"


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