viernes, 27 de marzo de 2015

EL PILOTO, LA MUERTE y EL DIABLO

Sentirse dios aun por ocho minutos,
dueño y señor de vidas y destinos
y entre mis dedos tener la vida o muerte 
de pasajeros confiados a mi cargo.

De momento he vertido en la bebida
del comandante un potente diurético
que le ha obligado a ausentarse a ir al servicio;
ya noto viene y está tecleando claves
para abrir la puerta acorazada
que he cerrado por dentro y condenado…

Solo en carlinga de Airbus 320,
no abro a los ruegos, gozo del espectáculo 
de esta mañana soleada en primavera 
donde su renacer puja en contraste 
con aquello que pronto se avecina 
en las montañas nevadas, acercándose

… cada vez más y yo ángel de la muerte 
volando con mis alas a su encuentro;
alas germánicas atraídas de imposible 
de un mundo en perfección de la mecánica 
ordenado y exacto que funcione
con la belleza y frialdad de los motores,
con la belleza y frialdad de aquellos riscos

… donde el aire es más puro al superhombre
—su adecuada morada son las cumbres—
¡oh Zarathustra! admirado Zarathustra
que me hablaste por boca del gran Nietzsche 
a alejarse del vulgo y de las masas
cual el pasaje que hoy llevo hacia el desastre.

No importa el número, el débil nunca cuenta
frente a la voluntad del hombre grande
como en la mítica Alemania de aquel Führer
que también se basó en el sacrificio
por mor de un Reich que durase milenios,
de millones de seres en sus aras.

Cesad bellacos de aporrear esa puerta,
dejadme disfrutar de estos momentos
de privilegio de voluntad suprema 
en compañía del diablo y de la muerte 
—como en grabado genial del gran Durero—
en camino que lleva hacia el abismo.

Sí el diablo, él es mi copiloto,
siempre a mi lado desde que era muy joven
poniendo en mí pasión incontrolada
por el volar y unirme a él como ángel
aun en caída fatal de las alturas
y sugiriéndome esas ideas extrañas
que me exaltaban cual eran de holocausto
sacrificando rebaños a su nombre
en un baño de sangre exhilarante
para después hundirme en depresiones.

Tomé esta decisión pues si descubren
de mi mente lo que han diagnosticado,
a buen seguro me cortarían las alas
y nunca, nunca, podría remontarme
hacia este hermoso cielo, hacia estas nubes
y por supuesto que ello será el infierno:
el anodino de vida cotidiana
relegado a labores burocráticas
o a mera expedición de los billetes,
dado de baja y jubilado luego,
pegado a tierra sumido entre la masa.

He de firmar el pacto con la sangre,
tal como me ha propuesto Mefistófeles,
no sólo mía, también la de inocentes;
ha prometido darme mis propias alas:
las de una fama de universal renombre
con lo que habré la juventud eterna
nunca muriendo en boca de los hombres,
a cambio hacerse él cargo de mi alma
y acompañarle en caída hasta la sima.

Pongo el botón en el cuadro de mandos
con que se inicia el descenso paulatino.

Los llevo hacia la muerte en sacrificio
imprescindible para yo volar libre
en pleitesía a este mi extraño ego;
al fin y al cabo qué le supone al orbe
gentes comunes, vienen de vacaciones 
o van a algún colegio en intercambio
donde enseñan tan sólo nimiedades:
¿hablar en catalán?, ¿quién lo requiere?
y esta mierda que dicen democracia.

Qué sabrán ellos de tantas sutilezas 
que asaltan en un alma atormentada 
que anhela el ideal, el imposible
abocado de siempre por Germania:
aquel de nuestra música sinfónica,
de nuestra filosofía idealista,
de la ciencia ciclópea y contundente,
del heroísmo teutón del caballero…

Siempre admiré de niño esos pilotos 
que estrellaban su avión sobre enemigos;
quise emular —ahora por fin lo hago—
la heroicidad de aquellos kamikazes,
"viento divino" —me alienta la palabra—
"gottlicher Wind" in unsere deutsche Sprache.

No, no voy a contestar a impertinencias 
de torres de radar que hay requiriéndome.

La "bestia rubia" portamos en los genes
de raza aria, de los antiguos griegos,
no estos de ahora —son todos medio turcos—
y otros mediterráneos corrompidos
a más de moros, americanos, árabes…
(de todos llevo una muestra entre el pasaje)
y los judíos, seguro hay unos cuantos  
pues son como una plaga inevitable.

Cual un murmullo resultan esos gritos
de la tripulación que me suplica;
apenas oigo vuestras imprecaciones
tengo en los cascos la música de Wagner 
pues es la “Cabalgata de Valquirias”
el adecuado fondo en este trance. 

Vosotros sois rebaño, sois borregos,
tan sólo servidores, sólo esclavos 
que el faraón precisa en la hecatombe 
para morir muriendo cortejado 
y vigiléis sobre mi sueño eterno 
en el sepulcro que son estas pirámides 
de las montañas silentes y magníficas 
asociadas por siempre ya a mi nombre 
inmortal que ahora entra en el Olimpo
de los Alpes, unido a su leyenda

… firmo —con sangre—
Andreas Gunter Lubitz. 



© albertotrocóniz / 15
Texto: de “POEMAS DE LA SOMBRA”
Imagen: “Ritter, Tod und Teufel”
de Alberto Durero (1513)
en “MUSEO”

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domingo, 22 de marzo de 2015

¿ES LA CONCIENCIA PERSONAL O ILIMITADA?

La base del pensar y en consecuencia
del actuar para la amplia mayoría
de las gentes de todas las culturas
hoy por hoy resulta el paradigma
aceptado por todos desde siempre
al que doy en llamar de "Cajas Chinas".

Este se basa en la idea de "persona",
consistente en que existe un universo
con galaxias, estrellas y planetas
y dentro de ello se encierran cuerpos físicos
con cerebros más o menos complejos
que en algunos producen pensamientos
… de ser objetos dentro de "Cajas Chinas".

Un ser pues, personal y separado 
del resto de otros seres y del mundo,
y de Dios (la idea que de él tenga);
con lo que llamo "yo" por siempre en lucha
frente a los otros (también conmigo mismo)
para prevalecer en competencia. 

Todo ello se asume como axioma
indiscutible y nunca puesto en duda
ya que es inoculado en todas partes
por los siglos a niños por sus padres,
familiares, amigos, en la escuela,
en iglesias, mezquitas, sinagogas... 
siendo la base de todas las culturas
y las así llamadas religiones
y además sancionado por la Ciencia
que no cuestiona de entrada esta premisa.

El "pecado original" se perpetúa:
una vez aceptado el axioma
de un ente personal y que ha nacido
en un cuerpo sujeto a contingencia:
la vida en más se vive cual carencia
con su contrapartida en los deseos
para soñar aquello que nos falta
(pues intuimos que hay una vida plena).

También está el temor pueda perderse
todo lo conseguido acumulado:
la salud, los afectos, la fortuna,
el estatus social, conocimientos…
y así el mayor desastre que es posible
concebirse para esa tal persona
es que acabe con muerte inevitable. 

Y aquí intervienen esas ideologías 
que consuelan con una transcendencia 
bien sea religiosa, social, política 
prometiendo a la persona pervivencia
de una manera u otra en cielos varios:
ya sea entre los santos, entre huríes,
o en plan materialista en este mundo
en la memoria del pueblo agradecida,
en una referencia, en una lápida…

Sin embargo yo digo*: todo es falso 
en su origen, es decir la persona;
no es una realidad, es un concepto 
que no resiste el análisis profundo
si uno se toma la molestia de verlo.

La Conciencia —aquello que comprende 
estas líneas escritas, que conoce;
el último reducto de evidencia—
es el puro sujeto al que no alcanza 
ninguna ciencia (sólo adecuada a objetos);
nada puede pensarse ni decirse,
sólo vivirlo y por lo tanto serlo.

No hay forma de probar de tal manera
que la conciencia (que soporta el conjunto
de percepción, sentimiento y pensamiento)
sea algo individual e intransferible
que derive de un cuerpo y de una mente. 

De aquí por ende tampoco sea posible 
probar que la conciencia sea infinita,
que sea impersonal, común a todos,
no sujeta a los cuerpos ni a las mentes,
sin principio ni fin, eterna, ubicua.

Así pues, si estás interesado
(esta cuestión es la más importante)
en saber cúal es la verdadera 
entre las dos hipótesis posibles:
la conciencia finita o infinita 
lo que procede es un experimento
y decidir según los resultados.

Dado que ya hemos favorecido 
durante largo tiempo lo primero,
es decir la idea de persona 
(sufriendo de rondón las consecuencias
del deseo, del temor y de la muerte),
parece justo que al menos por un tiempo 
tratemos de aceptar sea la otra hipótesis.

Dale oportunidad a la conciencia 
de ser lo que es, no las limitaciones 
habituales —pudieran ser prejuicios—
mantén el “como si” de una Conciencia
(aquí ya la escribo con mayúsculas)
que sea impersonal, ilimitada,
de la que todo al cabo se deriva,
no sujeta a espacio, tiempo, muerte

… y veamos que pasa en los efectos 
que ello pueda tener pasado un plazo
corto, medio o largo, ello depende
del grado de visión que se mantenga
tanto en lo externo como en vivencia interna
(aquí adelanto que esperan maravillas).

Y ahora un ejemplo que pueda aclarar algo
respecto a la actitud recomendada: 
supongamos que alguien te dice “tonto”;
en el primer supuesto habitualmente 
reaccionarías, pues la cosa te enfada,
con “y tú más” (quizás yendo a mayores). 

Si te mantienes en la segunda hipótesis
de la conciencia universal y única 
enfrentado a esa misma circunstancia 
caes en la cuenta que es tan sólo una parte 
de la conciencia diciendo a la otra “tonto” 
y entonces aparece como un juego 
perdiendo así todo su dramatismo 
ya que en el fondo nada está amenazado:
todo es el YO que juega al escondite.

De esta manera iremos poco a poco 
integrándonos en la unidad que somos 
reconociéndonos en todo el universo,
en todo lo que existe, vive y late
como el "Yo Soy" único e indiviso
y la paz y el amor de ello resulta;
no la guerra perpetua contra aquello 
que amenaza nuestro personajillo.

Pero ¡atención! esto no significa 
que en el juego no haya de vez en cuando 
que enfrentarse con todas nuestras fuerzas,
con discriminación y con afecto 
a los así llamados enemigos 
al punto si es preciso en machacarlos:
sea al ladrón que viene a nuestra casa,
al político corrupto impresentable,
o por ejemplo el caso que hoy en día 
se presenta con el “Estado Islámico”


Resumiendo y contestando a una pregunta
planteada a raíz de esto por amigos:

Insisto en que los seres "no tienen" conciencias;
es la Conciencia la que tiene a los seres.

La Conciencia no tiene un fin, es acausada
siendo causa de todos universos.

En reposo es Silencio y es Presencia
cual se vive en el sueño profundo;
en movimiento crea ficciones de los mundos.

Ficciones dentro el sueño con ensueños
(con la ilusión del tiempo y del espacio
que es el germen de todo pensamiento)
y que después perfecciona el engaño
en la vigilia (donde añade materia),
buscándose a sí misma en los mil seres
—el amor es la unidad de base—
con lo que llamas "conciencia" (aquí en minúscula).

De la Conciencia no puedes decir nada
—lo expresado sólo es dedo que apunta—
pues no es algo abarcable por lenguaje
(la poesía se acerca balbuciente),
ni tampoco es objeto de la ciencia
que sólo puede tratar con los objetos.

No es un objeto más, manipulable;
es el puro sujeto que conoce,
es esa maravilla inexplicable
—sea lo que sea— de estas líneas consciente.

Tal ha de ser, entiendo, el paradigma
que nos guíe en el camino a transcendencia
—que por ponerle un nombre (aun no se pueda)
sería la "Unidad Aquí-y-Ahora"—
para sustitución del rancio y viejo
(por más que aún por siglos se mantenga)
al que puede llamarse en "Cajas Chinas"
que en una última encierra a la persona
atrapada en temores y deseos
dentro en la trampa del espacio y del tiempo.

Y aunque parezca a algunos quede mucho,
si has comprendido se espera tu respuesta
… pues sí, en efecto eres el dios, ¡despierta!.



© albertotrocóniz / 15
Texto de: “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Cajas China's”,
de “FOTOFILTRADA”


* No sólo yo, es base del Advaita;
ver por ejemplo en Sri Nisargadatta,
Jean Klein, Francis Lucille, Rupert Spira

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sábado, 14 de marzo de 2015

PI: "DE PE A PA"

Es un día especial, sólo uno al siglo:
hoy 3.14.15
y más concretamente cuando sean
las 9:26:53…
cumpliéndose algún nano segundo
al fondo en la espiral de lo más ínfimo 
—dado que Aquiles alcanza a la tortuga—
celebremos a "Pi" número mágico
∏ = 3,141592653…
en su viaje con rumbo al infinito
(o por mejor decir, infinitésimo)

… con una propiedad extraordinaria
que posee su hilera de guarismos: 
nunca repite una misma secuencia;
lo que por tanto implica que contiene 
toda combinación imaginable 
de esos —"tan a la mano"— los diez dígitos. 

Ello supone el hecho sorprendente 
de que en algún lugar de la retahíla 
está escrita la cifra deseada
que nos haría acertar la lotería; 
no una vez sino en todas ya por siempre.

Y la fecha implacable de la muerte;
la otra aneja reflejando el nacimiento
(de hoy por ejemplo que resulta aniversario 
—3.14— de aquel que fue Albert Einstein).

Pero tales son sólo fruslerías 
comparadas con otras propiedades:
supongamos que al cabo convertimos
cual cabalistas los números a texto
poniendo cifras como código ASCII:

en algún lugar de esa secuencia
narrativa —mucho ininteligible—
encontraríamos descrita nuestra vida 
de “pe a pa” con lujo de detalles 
e incluyendo infinitas ediciones 
con pequeñas variantes o con grandes 
que reflejen todo lo no vivido 
(cuando un día nos dejase aquella chica... )

Yendo a lo impersonal también veríamos 
desvelados los secretos del cosmos,
definitivas las Leyes de la Física
en ecuaciones complejas (¡o sencillas!),
la fórmula de juventud eterna,
los sonetos más bellos aún no escritos
(junto a mil insufribles tontos ripios)… 

Si acertamos de nuevo a convertir 
en un mapa de bits tales guarismos
para obtener —no números ni textos—
sino imágenes aun fuesen blanco–negro,
viajando como un dron sobre los campos 
extensísimos de innúmeras figuras,
divisaríamos acaso una parcela 
reflejando la faz de Jesucristo,
el rostro de la amada en otras vidas 
futuras, pasadas y presente 
en todas las variantes conocidas…

escenas de la Historia tal cual fueron,
escenas del futuro en reservorio;
la última mueca que lord Nelson hizo 
en Trafalgar, la faz de los Apóstoles,
allá el rostro barbado del profeta,
Jack "el destripador" en pleno crimen,
entierro de Cervantes en la cripta,
el aspecto que habrá el último Papa
(aunque "me huelo" que sea este presente)… 

Toda la información sobre el pasado,
toda la información sobre el futuro;
el ADN del Universo entero
se encuentra contenido al fin y al cabo
—eso sí, inmerso en entropía—
en el hecho inocente en apariencia 
de dividir el perímetro de un círculo 
entre la magnitud de su diámetro

… nos acecha detrás la maravilla.




© albertotrocóniz / 12
Texto: de “APUNTES CIENTÍFICOS”
Imagen: “10.000 conexiones del Número
de "FOTOFILTRADA" tomada de

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jueves, 12 de marzo de 2015

CATARATAS

Con la edad, el carca dios Saturno
—mítico ser que simboliza el tiempo
y a sus hijos devora sin empacho—
pone un velo delante de los ojos
y como al sin querer te va cegando
con las así llamadas "cataratas"
adonde empuja el río de la vida
que trae otras lindezas como artrosis,
achaques varios, la disfunción eréctil…
(hablo de algunos, no digo que me pase).

¿Es esto una artimaña de Natura
a librarse cuanto antes de los viejos
haciendo que tropiecen en camino
llevándolos más pronto hacia la tumba?;
así sucede con muchos animales
que ya mayores suponen un estorbo
para el resto de toda la manada
(pues se unen a comer pero no cazan).

Llegan pues mecanismos que depuran
de individuos obsoletos en el grupo:
el macho o hembra "alfa" pasa a "omega"
que otros más fuertes relevan en fornicios
a propagar nueva remesa en genes
y el viejo es relegado, ya una rémora;

con huesos frágiles se rompen una pata,
en oídos hay cerumen (y en cacumen),
también sus ojos a más ceguera avanzan:
son incapaces de seguir al resto
quedando a merced de predadores;
parece cruel pero es la ley de vida.

Al fin y al cabo se debe ceder paso
a nuevos ejemplares de la especie
con juventud, que cumplan con los ritos
de trabajar, de amar, reproducirse…
y aseguren su línea en el futuro:
sobre los individuos prima el grupo,
tanto en los animales como en hombre.

Esto fue así durante largo tiempo
por siglos de los siglos repetido
hasta llegase nuestra ciencia y técnica
al rescate de otro modo de vida
no tan basado en los valores físicos
—que hizo su selección de especie humana
decantando fortaleza necesaria—
sino en aquellos otros más mentales
en devenir de materia hacia intelecto
(y esperemos que desde este hacia el espíritu).

Yo un siglo antes me encontraría ciego;
si bien podría componer poemas
(siguiendo en el ejemplo a Homero, a Borges… )
no dejaría de ser una molestia
sobre todo para mis familiares
quienes a pesar de ello me atendiesen.

Mas no es cuestión de repetir cual Milton
el incordio de dictar mis ocurrencias
ya sea a secretarias o a los nietos,
a la "Siri" o a algún guachinanguito;
por ello expreso mi gratitud a técnicas
que permiten prolongar la vida útil
si bien no dejan de suponer incordios:

hoy con el láser me operan cataratas;
pasado el trámite habré de hacer análisis
a controlar la dieta en endocrino,
un chequeo trimestral para la apnea,
el asunto pendiente en el urólogo,
cita primaveral con dermatóloga
y tras de ello una colonoscopia…

y aunque me cunda en las salas de espera
—cursis o asépticas de los facultativos—
(suelo allí pergeñar algún versículo)
a veces pienso cuan cierto es ese adagio
de "aquel que aman los dioses muere joven".



© albertotrocóniz / 15
Texto: de “AUTOBIO”
Imagen: de “FOTOPINTURA”


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sábado, 7 de marzo de 2015

NO UNA NEUTRALIDAD SINO NEUTRONES

Primero fueron aquellos dos colosos:
imágenes del Buda en la montaña
tallados en la roca cual esfinges
erguidas a los siglos sonriendo
que impasible el semblante  respondieron
al fuego de morteros y granadas
manteniendo el pacífico mensaje
ante fanáticos con el odio en sus pechos.

Después torres gemelas erigidas
por “el infiel” que así lanzaba un reto
de acero y de cristal hacia lo alto
ninguneando a todo minarete
—“orgullo digno de pagar con sangre”—
pues fuera esa eficacia allí abatida
por esbirros de Alá, no rudo alfanje
sino armas que toman de enemigos:
máquinas voladoras del progreso.

Cultura adelantada es la que presta
a la violencia antigua el instrumento
y reta con futuro que no sufren
los retrógrados pues hace caer sus velos.

Ahora recientemente contemplamos 
llenos de horror cómo entran en museos
y tiran por los suelos las estatuas
y eliminan vestigios de culturas
cual los Toros Alados que flanqueaban 
las entradas a la ciudad de Nimrud; 
violados con martillos neumáticos
y arrasadas las ruinas con bulldozers. 

Por no hablar de aquellas salvajadas 
con los seres humanos cometidas: 
degollaciones, crucifixión, las piras
para dentro de jaulas quemar vivos.

¿Es bueno mantenerse tolerante
frente a zombis que hacen su "guerra santa"?,
¿o es incapacidad y cobardía
el dejarse arrollar por la barbarie?;
¿la tolerancia es arma ante fanáticos
o simplemente comodidad suicida?;
¿consentiremos masacren a las gentes?,
¿dejaremos destruyan patrimonio?…

Cayeron Budas, ya escombro en su inocencia;
cayeron Torres heridas por el rayo,
caen las estatuas y los Toros Alados,
torturan hombres, a mujeres, a niños… 

¿Para cuándo la Bomba de Neutrones?
(ese artilugio que no daña las piedras).




© albertotrocóniz / 15
Texto: de “PASTORES DE PUEBLOS…”
Imagen: de “FOTOFILTRADA”

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miércoles, 4 de marzo de 2015

LOS PÁJAROS DE ESTÍNFALO

… de "Los Trabajos de Hércules" (IX)

Terribles son los pájaros de Estínfalo:
broncíneas garras y picos carroñeros
y sobre todo su número imposible
es de contar alzando oscuros vuelos

… remontando siniestros en bandadas
atronando los aires con graznidos
hacen la noche aun sea mediodía
pues tras sus alas se ennegrece el cielo.

Puede aplicarse acaso analogía
con la casta actual de los políticos,
esa plaga que asola nuestras vidas
y de esos "pájaros" librar desearíamos.

Son muy voraces, atacan las cosechas
logradas con trabajo y desvelos,
nada les sacia en su hambre monstruosa;
miseria y ruina resulta su secuela. 

Desde lo alto expulsan deyecciones
abrasivas como una lluvia ácida
que agosta sobre mieses y en las vides
por largo tiempo dejándolas estériles.

Simbolizan también esas ideas
que asolan en la mente y que la inquietan
con piares entre ellas discordantes
enturbiando la paz de su silencio.

De tal modo la vida es arruinada
por los incontrolados pensamientos
que en bandadas atacan la cabeza
(viene aquí a ella el famoso film de Hitchcock).

De nada sirven las flechas que del arco
les lanza Herakles pues son aún más veloces
cual veloz es lo inicuo en extenderse
en proyección de sombras arrojadas.

No sirve el oponerse con las armas:
ir en contra del mal lo hace crecerse;
tan sólo el bien vibrante en el sonido
armónico del gong logra que alejen.

Quizás fue el "OM" aquello que se oyese
del instrumento que Hera proporcionara
y como Orfeo —aun esta vez inverso—
consigue Hércules que atroces bestias huyan.

Trabajo Nono de nuevo coronado
del éxito por la virtud arete
del héroe mítico: inteligencia, fuerza
a más belleza mística en la música

… inspira así un camino a superarse
el arquetipo de Los Pájaros de Estínfalo.



© albertotrocóniz / 14
Texto: de “RITOS, MITOS, SÍMBOLOS”
Imagen: “Pterodáctilo”
de “FOTOPINTURA”

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