miércoles, 18 de febrero de 2015

ABRAZO INFINITO



Enfermo estoy de ti como de música
lo están los instrumentos cuando aguardan
a resonar y transcender sus formas
en algo superior no sospechado.

¡Oh ya pulsan esas tus sabias manos
las cuerdas del laúd, "laudamos Deo"!;
tocado por la luz soy luminoso,
partículas de luz son tus arpegios.

Como espada desnuda que en sus filos
canta al cortar el viento, o estandarte
desplegado guiando a la batalla
—batalla por la luz— soy luminoso.

Enfermo estoy de ti Superconsciencia:
Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy, Yo siempre he sido,
inafectado del tiempo y del espacio
do se oye Hosanna en todas las galaxias.

¡Oh qué medios tan pobres que no llegan
a capturar la esencia!; Yo soy todo
y aquello que aún no es y lo pasado,
pirotecnia los mundos son tan sólo.

Yo en mi reposo eterno me complazco
en silencio preñado de mí mismo
y en el amor que como urdimbre teje
el devenir de eones y de cosmos.

Cuando ocurre que una de las partículas
vuelve a la luz de donde fue partida
reconoce su ser que es verdadero,
llámalo Dios, Ser, Absoluto, Vida…

Verdad y Realidad es la Presencia
y el discurso deviene como en canto
de adoración, un himno de silencio;
enfermo estoy de Ti, no, no me sanes.

Quisiera disolverme en tu océano,
y cual figura de azúcar perder forma
junto a mi nombre en el único nombre:
morir para vivir lo verdadero,
la eterna inmensidad de tu morada.

¿Por qué no tomas el robo que robaste?.






© albertotrocóniz / 15
Texto: de “POEMAS DEL AMOR SAGRADO”
Imagen: “Abrazo Infinito”
de “DIBUJO Y PINTURA”
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sábado, 14 de febrero de 2015

PARA SAN VALENTÍN: ¡UN BUEN REGALO!


¡Y qué mejor que un libro de poemas
como presente a la persona amada
acompañado quizás de alguna rosa
—hoy no importa pasarse algo en lo cursi—
perdidizos, muy cerca uno del otro
y el contenido de aquel preciado objeto
a la luz de la luna destaparlo
y el tósigo de amor que dentro esconde
verterlo como en Hamlet en oídos
de la dulce enemiga o enemigo
aguardando que se obre oculto efecto
que nos embriague al punto en disolverse
toda barrera entre almas y entre cuerpos
que piden más y más gustarlo a sorbos
en libación deseada de los labios
impregnados del licor de los versos!
… a tal propósito recomiendo mi libro’

“POEMAS DEL PROFANO AMOR”

© albertotrocóniz / 15
LIBRO de “POEMAS DEL PROFANO AMOR”

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viernes, 6 de febrero de 2015

MATERIALISMO: UN PARADIGMA ERRÓNEO

La humanidad asume el paradigma
—axiomas que sostienen la cultura—
(en ello me refiero sobre todo
a la nuestra occidental, siendo hegemónica)
completamente erróneo y que es la base
de todas las ideas que se tienen
y de la acción que de ellas se deriva; 
así por tanto de unas ideas erróneas
sólo puede salir la acción errónea
con su cohorte de indeseables secuelas.

Tal paradigma es el materialismo
que da en pensar que la materia existe
—algunos dicen que es lo único que existe—
de por sí, de forma independiente
con realidad distinta a quien la observa;
mas aquí digo, otros también lo dicen*
(o lo aproximan como en física cuántica)
que es sólo un contenido de conciencia
y por lo tanto está hecha del "espíritu"
(por dar un nombre que sirva en entendernos
para diferenciarlo de "materia").

Ya sé que choca, que puede sonar raro
estando hipnotizados por objetos
y despreciando saber sobre el sujeto
que los conoce y —digo más— los crea
en la panoplia hecha de espacio y tiempo
y de la así llamada materia
que antepone cual velo: es la Conciencia.

Lo que ocurre es que estamos educados
de muy antiguo durante muchos siglos
—mal educados— a nada preguntarnos
sobre un acto tan simple y fascinante
cual es el conocer, el ser conscientes,
y a dar por buenos conceptos heredados
en actitud —en el fondo indolente—
que no investiga acerca este milagro.

El paradigma que llamo en “cajas chinas”
que es más común, el que la gente tiene,
lleva en su base la idea equivocada
del universo cual fuese un gran container
en el espacio, viajando por el tiempo
y lleno de materia dando origen
combinándose, a los distintos cuerpos
que se agregan cada vez en más complejos:
minerales, vegetales, animales
y evolucionan dando por fin en hombre
con circuitos cableados en cerebros
construyendo a su vez los pensamientos
de una mente pomposa-mente autónoma
compitiendo entre sí por primacía
para lograr objetivos para el ego
sea este individual o colectivo.

El interés centrado en los objetos
ha dado como frutos cosas útiles:
la ciencia y técnica que ha dominado el mundo
pero ha llevado al despiste en que se vive
con toda clase de espurias consecuencias
en política, religión, en nuestras vidas,
en conflictos, en injusticia, en guerras…:

cuando se da realidad a lo que es múltiple,
incompleto, contingente, efímero,
en vez de verlo en su unidad de origen,
inevitable es que el conflicto aparezca.

La humanidad en sus primeros pasos
de evolución desde los animales
hasta el hombre de hoy día en su camino
hacia un estado de mayor sutileza,
ha de mirar a los hechos de frente
abocado por el discernimiento
(a donde llega en general por sufrimiento):

reconocer que se vive engañado
en espejismo de realidad muy falsa
dando por bueno lo inerte como causa
generadora de toda la existencia
en vez de ver que sólo obra el espíritu:
ya en reposo como pura conciencia
o agitándose como conocimiento.

Si examinamos, es la única Conciencia
la que da origen a todo pensamiento;
para empezar con esos dos constructos
que damos en llamar espacio y tiempo
y luego sigue con el de la materia
y ya a partir de ahí con toda clase
de objetos que pueblan periferias
de la vision central, puro sujeto.

La Conciencia lo es todo y es lo único
y todo lo demás son derivados
(cuando se ven de forma independiente):
percepciones, sentimientos e ideas
combinándose en experiencias múltiples;
todo sale de la única Conciencia
y basta examinarlo para verlo.

A desmontar prejuicio inveterado
apelo aquí al método científico
analizando el hecho de experiencia
—nuestra experiencia, la de primera mano—
que presenta la inspección de la videncia
de algo que tomo aquí como un ejemplo
cualquiera a examinar: el árbol que estoy viendo.

La percepción que tengo y sensaciones
y el pensamiento respecto de ese árbol
para empezar son mi única vivencia:
en percepción yo le asigno un espacio,
con pensamiento yo le adjudico tiempo,
cosas que salen del puro aquí y ahora 
de donde vemos surge el conocimiento
que es la única substancia que en tal árbol
compruebo es lo que existe hasta el momento.

Luego por cierto nada nuevo se añade
ya que asignar materia independiente
(al igual que un espacio y un tiempo)
a algo que pertenece a nuestra esfera
del conocer y se mantiene en ella
en el puro presente: aquí y ahora,
es un mero ejercicio de inferencia,
una suposición, sólo creencia
y aun sea de muchos, no aporta nada nuevo
cualitativo a anterior argumento
ya que el consenso no puede ser criterio 
que pueda invalidar razonamiento.

Nunca experimentamos nuestro cuerpo
de por sí, tan sólo es un concepto
que unifica diversas sensaciones
enhebradas secuencialmente en tiempo,
ni tampoco el mundo que rodea,
meros nombres a multitud de ideas;
sólo experimentamos impresiones
(y asignamos su causa a la "materia")
más sentimientos y también pensamientos
(que adjudicamos a una "mente" supuesta).

Todo emerge en la luz de la Conciencia
quien lo sostiene durante un cierto tiempo
y que después lo abandona y lo suelta
(en el sueño profundo por ejemplo);
¿dónde han ido a parar?, ¿a un reservorio?,
¿a algo como un depósito o container?;
nunca hubo tal, ni entraron ni salieron,
su material era sólo conciencia
que a su antojo las destruye y las crea.

En el sueño profundo es donde mora
pura intocada sin que haya contingencia,
mas pronto da en soñar donde promueve
la actividad llamada pensamiento
con ilusiones del tiempo y del espacio
en el llamado sueño con ensueños;
más tarde en la vigilia da materia:
todo lo lanza como en redes de engaño
en donde el Uno en muchos se segrega
con un ritmo diario que en las noches
vuelven a recogerse hacia su seno.

No se ha podido ni podrán descubrirse
—porque no existen— aquellos elementos
irreductibles que sean pura esencia
constitutiva de mente o de materia,
que como aquellos de tiempo y del espacio
son nada más, ni menos, que CONCIENCIA.

Tú prestas realidad al mundo externo;
también por cierto al dios que te imaginas
(compensación en él de tu carencia)
al tomarte como un yo separado
segregado de la Unidad eterna;
meras sombras chinescas en pantalla
proyecciones de luz en pensamientos;
nada de eso te quita ni te pone
pues tú eres el origen: la CONCIENCIA.

Tal ha de ser —entiendo— el paradigma
que guíe en el camino a transcendencia
del estado actual, de etapa oscura
de humanidad en dolores de parto
tratando en dar a luz mayor CONCIENCIA
y aunque parezca que a algunos quede mucho
es ilusión también del pensamiento;
si has comprendido, ya tienes la respuesta

… pues sí, en efecto eres el dios, ¡despierta!.



© albertotrocóniz / 15
Texto de: “LA BÚSQUEDA INCESANTE”
Imagen: “Warm-Hot Intergalactic Medium”,
simulación por ordenador de la Universidad de Colorado,




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