martes, 1 de julio de 2014

UN SUEÑO INAUGURAL EN NUEVA ETAPA

Siempre me interesaron contenidos
del subconsciente: poder leer los mensajes 
que nos traen al cabo los ensueños 
provenientes de un mundo importantísimo 
que es como un tercio de toda nuestra vida
y está en la base de vigilia consciente,
mas de común nosotros lo ignoramos
desperdiciando su capital sapiente.

Aquí se expone un sueño que inaugura 
una etapa en donde me propongo 
—tumbado en el diván del psicoanálisis—
explorar otra vez en tal submundo
e interpretar sus mensajes simbólicos 
trayéndolos a la luz de la conciencia;
aquellos sean un material poético
y puedan sin pudor ser difundidos,
los colgaré en libro de bitácora.

Conceptos clave se escriben en negrita
y [explicaciones irán entre corchetes].


Aparece un amigo de la infancia
[el pasado se me hace aquí presente] 
que ahora está muerto y ha tiempo de enterrado
[como lo están los sueños, pues no presto
la atención debida a esas vivencias].

Se llamaba Vicente (de apellido)
[por Vi-dente, videncia o evidencia]
y de nombre Mariano [María es ánima] 
y se sienta al borde de mi cama
[consejero en viaje al inframundo
cuyo lago se surca en tales barcas].

Recuerdo que tenía la obsesión o manía 
de jugar al “¿quién soy?” tapándome la vista
[buena pregunta a quien no ve aún del todo] 
y restregarme en párpados y en ojos
[despertar a mirar los mensajes].

Luego me muestra un libro en tapas grises
[como la niebla en que hemos de internarnos]
y es apaisado y lo atan varias cintas
[cama o diván a asistir al simposio
y deshacer los nudos es programa].

Tras de mucho buscar lo ha conseguido
en anticuarios o librerías de viejo
[señala el objetivo de esta empresa
de remover antiguos anaqueles];
le pregunto: ¿es acaso de toros?
(fue su gran afición) [tauro es mi signo].

El autor me lo dice: es Unamuno
[Uno y munir-muñir la unidad pretendida
y es "Una-y-Uno": las dos polaridades
del Ying y el Yang, la causa del fenómeno], 
y por eso concederé gran crédito
a lo que pueda el tal autor decirme
[la receptividad mucho aquí importa];
recuerdo el porte sapiencial y barbado 
[como el de sabio con aspecto freudiano]
y cuya cátedra la tuvo en Salamanca 
[que es la ciudad mítica de mi infancia].

Tiene las hojas que son como plantillas 
con franjas transparentes que al reverso 
se pueden rellenar con contenidos 
[el ir leyendo "entre líneas" con los sueños].

Todo un programa pleno de simbolismos
que piden integrarse en un mandala
en vida de vigilia y poco a poco
unificar consciente e inconsciente
para poder remontarse ya sin lastre
a las regiones del supraconsciente.



© albertotrocóniz / 14
Texto: de “AUTOBIO”
Imagen: “Diván de Sigmund Freud”
de "FOTOFILTRADA"
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