miércoles, 11 de abril de 2012

UN JUEGO DE SALÓN EN EL “TITANIC”

Es un juego social muy conocido
que bien pudo jugarse en el “Titanic”
por caballeros y damas en salones
y así “matar el rato” en travesía
antes que fuese por cierto en viceversa.

Expone una metáfora muy simple
para aclarar conceptos económicos
que pueden resultar un tanto abstrusos,
ilustrándolos con el "Juego de las Sillas":
se colocan en un círculo las sillas,
—hay menos sillas que participantes—
se pone música y todos las circundan;
cesa de golpe y deben ocuparlas.

Las sillas es dinero que es la deuda
del “principal” —riqueza verdadera—
(que digamos, es la base del asiento)
más “intereses” (su respaldo) —la entelequia—.

Alrededor de esas sillas —el dinero—
bailan deudores en círculos cerrados
y a una señal deben allí sentarse;
que equivale a decir que hay que saldarla.

Mas como no hay asiento para todos
se dan codazos, empujones, zancadillas…
y así sea otro quien quede descompuesto
que "tonto el último" aquí nadie desea.

Siempre sobran por tanto desmarcados
que no tienen acceso a algún asiento;
en ese juego los patosos más lentos,
en este mundo los desfavorecidos.

¿Qué pasa con aquellos descolgados
sin dinero —pues no tienen ya silla—
a quien se obliga a pagar las deudas?;
deben buscar alguna "como locos".

Tampoco es que se admitan taburetes;
sólo silla o sillón, pero es el caso
que nada puede sacarse de la nada;
sólo del padre Sol y madre Tierra*
y hay que poner en marcha entonces medios
para obtener los frutos de esas fuentes,
aunque resulta —como ya somos tantos—
que es muy difícil exprimir más las ubres**.

Resumo moraleja de esta historia:
los asientos —el dinero— es necesario
que represente verdadera riqueza;
debe haber más cuanto esta mayor sea,
pero intereses tan sólo son ficciones
—son como "extras" que consumen recursos—
y así quitan el puesto a mucha gente
pretendiendo injustamente beneficios
del esfuerzo y del trabajo ajeno***.

En la metáfora son brazos y respaldo
—plus de comodidad para unos cuantos—
absorbiendo una madera necesaria
para hacer taburetes para todos
(tampoco para botes salvavidas).

Hay que adaptar el número de puestos
al verdadero nivel de la riqueza;
esto tan sólo el Estado puede hacerlo
suponiendo —quizá es mucho— sea honesto
y no le dé fácilmente a manivelas
para crear papel inflacionario
de dinero artificial para esos gastos
a que son los políticos adeptos.

Debe haber crédito de escasos intereses:
prestar a gente capaz de devolverlo
creando riqueza de bienes y servicios
que después en todos repercutan.

Solo será sostenible un crecimiento
que se acompase al crecer de la riqueza,
que en el fondo es energía y recursos
explotados por el humano ingenio.

Queden fuera del sistema los parásitos:
financieros-tiburones, usureros…
"leyes del juego" debieran ya cambiarse,
le dejo el reglamento a los expertos.

Volviendo ahora al “Titanic”: es metáfora
del actual estado en las finanzas
y economía global que va hacia el hoyo
chocando con el “iceberg” de la deuda.

Hoy en efecto la deuda es esa mole
que posee dos partes bien distintas:
“el principal” visible en superficie,
y “el interés” enorme y escondido
que abre en sus flancos una mortal fisura

… ya no hay dinero para tapar las grietas.


© albertotrocóniz / 12
Texto de: "TAL COMO LO VEO"
Imagen de: "FOTOTRATADA"
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… y en el Tablero “CARTILLA DE RAZONAMIENTO ECONÓMICO”

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